Jesús, dulce memoria,
del corazón armonía,
más que el vino, más que todo,
tu presencia es alegría.
Tu canto es el más suave
y el más grato al oído;
tu pensamiento es el más dulce,
Jesús, Hijo de Dios y Rey mío.
Esperanza del penitente,
benigno con quien te invoca,
bueno con quien te busca,
¿Qué será el encontrarte?
La lengua no puede decir,
ni la palabra expresar,
sólo quien te encontró,
sabe lo que es amar.
Jesús, eres nuestra alegría,
eres nuestro premio eterno;
en Tí está nuestra gloria
ahora y por los siglos.
Amén.
!Madre de Nuestra Esperanza¡
!Tú Madre, del Hijo de Dios¡Hadnos Servidores...
Del Niño de Tus Amores.