Cuál es el día del Señor, el sábado o el domingo?

Por el Hno. Pedro Dimond

-Por qué los cristianos (es decir, los católicos) dedican el domingo específicamente a Dios, en vez del sábado
Refutando a los Adventistas del Séptimo Día y los Bautistas del Séptimo Día usando la Biblia


Éxodo 20, 8-11: “Acuérdate del sábado,  para consagrarlo.  Trabaja seis días,  y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios.  No hagas en ese día ningún trabajo,  ni tampoco tu hijo,  ni tu hija,  ni tu esclavo,  ni tu esclava,  ni tus animales,  ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades.  Acuérdate de que en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra,  el mar y todo lo que hay en ellos,  y que descansó el séptimo día.  Por eso el SEÑOR bendijo y consagró el día de reposo”.
En Éxodo 20, encontramos el mandamiento de consagrar el sábado.  En el Antiguo Testamento, sábado significo "reposo" o "cesación" el séptimo día de la semana judía – el sábado.  Un número considerable de protestantes argumentan que las personas aún están obligadas por el mandamiento de apartar el sábado para Dios.  Ellos creen que los católicos quiebran este mandamiento mediante el reconocimiento, de conformidad con la Tradición de la Iglesia y la enseñanza del Nuevo Testamento, que las prerrogativas del sábado se han transferido al domingo en la Nueva Alianza.  Las siguientes consideraciones deben mostrar a cualquier persona sincera por qué los Adventistas del Séptimo Día y los Bautistas del Séptimo Día están equivocados.  Dios mismo, a través de la Iglesia que Él instituyó, transfirió a las prerrogativas del sábado al domingo, en honor del día en que Jesús resucitó.

EL MANDAMIENTO DE CONSAGRAR EL SÁBADO ES DISTINTA EN SU NATURALEZA DE LOS DEMÁS MANDAMIENTOS

De todos los 10 mandamientos, la de santificar el sábado es distinta en su naturaleza a los demás.  Este es un punto muy importante.  Es diferente porque es el único de los Diez Mandamientos que se refiere al ceremonial, no la ley natural.  Por ejemplo, el hombre sabe en su corazón que él no debe asesinar, que no debe robar, etc.  Pero la misma ley natural no le enseña que él debe adorar a Dios en un día particular, en contraposición a otro día.  Eso debe venir de la revelación externa y el precepto externo.

De hecho, el santificar el sábado o el séptimo día no comenzó hasta después del Éxodo.  No se hizo antes ni desde el principio.  Toma parte de la ceremonia, no de la ley natural.  Puesto que es un mandamiento de la ley ceremonial, y no de la ley natural, Dios puede cambiar el día en el cual Él será honorado específicamente.  Los protestantes que sostienen que la ley del sábado santo aún permanece y continua, no siguen otros aspectos de la ley ceremonial del Antiguo Testamento.  No consideran como vinculantes la circuncisión o sacrificios rituales, pero sí consideran que la ley del sábado ceremonial de ser obligatoria.  Esta es a la vez ni bíblica ni lógico.

Así como la circuncisión, los sacrificios rituales, y otras partes de la ley ceremonial han cesado con la venida de Cristo, ya ha muerto el requisito de una ceremonia apartando el sábado para Dios.  Ha sido sustituido por Dios y su Iglesia con la obligación de honrarlo específicamente el domingo.

LOS APÓSTOLES Y LA IGLESIA PRIMITIVA CELEBRABAN EL DOMINGO, NO EL SÁBADO

Los Apóstoles claramente consagraban el domingo, no el sábado.  Leemos que se reunieron para la Eucaristía y el partir del pan en el primer día de la semana, el domingo, día de la Resurrección del Señor.

Hechos 20, 7: “Y el primer día de la semana, reuniéndose los discípulos para partir el pan, Pablo les predicaba; y habiendo de partir al día siguiente, alargó su discurso hasta la media noche”.

Vemos que los cristianos se reunían para dar culto los domingos. Este día fue apartado por los Apóstoles.

1 Corintios 16, 1-2: “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.  Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, atesorándolo, conforme Dios le haya prosperado; para que cuando yo llegue, no se recojan entonces ofrendas”.

Este versículo siguiente es particularmente importante.

Colosenses 2, 16-17: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o respecto a días de fiesta o de luna nueva, o de sábados; que son la sombra de lo por venir; mas el cuerpo es de Cristo”.

Aquí vemos a San Pablo ensenar específicamente de que las leyes de festivales y ceremoniales (¡incluida la observancia del sábado!) pertenecen al período del Antiguo Testamento y ya no son obligatorias después de la venida de Cristo.  ¿Qué tan claro tiene que ser?
DIOS LE DIO A LA IGLESIA LA AUTORIDAD PARA TRANSFERIR EL SÁBADO AL DOMINGO EN HONOR DE SU RESURRECCIÓN

Mateo 16, 18-19: “Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.  Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en el cielo”.

Mateo 18, 17-18: “Y si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia, y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.  De cierto os digo: Todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo”.

Es por eso que los primeros cristianos se reunían el domingo (el Día del Señor) para celebrar la Eucaristía.  Es por eso que los padres más antiguos, como San Ignacio de Antioquía escribiendo alrededor de 110 d.C., reconoció que el domingo era el día, no el sábado.

San Ignacio de Antioquía, carta o epístola a los magnesianos, no. 9, 110 d.C.: “Así pues, silos que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una nueva esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor, en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él y por medio de su muerte que algunos niegan —un misterio por el cual nosotros obtuvimos la fe, y por esta causa resistimos…”.

Esta es una prueba clara de que los Adventistas del Séptimo Día y los Bautistas del Séptimo Día están siguiendo una perversión de la Escritura hecho por hombres que era extranjera no sólo a los Apóstoles, sino a los cristianos más antiguos.  Muchos otros padres podrían ser citados.

HAY MÁS: El DÍA DE DESCANSO DE DIOS ESTÁ CONECTADO CON SU CREACIÓN;
ÉL REPOSÓ DESPUÉS DE QUE SU OBRA DE LA CREACIÓN HABÍA TERMINADO

LA RESURRECCIÓN SIGNIFICA LA FINALIZACIÓN DE LA NUEVA CREACIÓN,
Y POR LO QUE MARCA SU NUEVO DÍA DE REPOSO

Génesis 2, 1-2: “Y fueron acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.  Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda su obra que había hecho”.

Leemos que el reposo de Dios está conectado con su terminación de trabajo.  Dios terminó su obra, y luego reposó el séptimo día.  Pero la creación entera fue rota por el pecado de Adán.  Es por eso que Romanos 8 enseña que toda la creación estaba esperando en expectativa para la Redención de Cristo.  Su redención repararía la creación que se había roto.

Romanos 8, 22-23: “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y está en dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, esto es, la redención de nuestro cuerpo”.

La redención de Cristo es, por tanto, una nueva creación.  Es por eso que se lee:

2 Corintios 5, 17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

Hebreos 9, 11-12: “Mas estando ya presente Cristo, Sumo Sacerdote de los bienes que habían de venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación; y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una sola vez en el lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención”.

La nueva obra de Cristo de la creación – de la reparación de la creación que se había roto por Adam – se realizó en la cruz y culminó con Su Resurrección.  Es por eso que nos encontramos con la identificación interesante sutil de Jesús con el jardinero.  Cuando María Magdalena vio al Señor resucitado en el día de su Resurrección, que lo confundió con el jardinero.  Este verdadero acontecimiento también tenía por objeto indicar que Jesús estaba en el jardín nuevo – el restaurado Jardín del Edén (el paraíso) que previamente había sido perdido por el pecado de Adán.

Juan 20, 15: “Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que él era el jardinero, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré”.

Génesis 2, 8: “Dios el Señor plantó un jardín al oriente del Edén,  y allí puso al hombre que había formado”.

La redención y resurrección de Jesús restauraron el paraíso y repararon el jardín que había sido dañada, porque él es el nuevo mayor Adán.

1 Corintios 15, 45: “Y así está escrito: El primer hombre Adán fue hecho un alma viviente; el postrer Adán [Cristo], un espíritu vivificante.”

Romanos 5, 14: “No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán; el cual es figura [tipo] del que había de venir [Jesús]”.

Romanos 5, 19: “Porque como por la desobediencia de un hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos”.

Por lo tanto, tiene sentido perfecto que el día del Señor (el domingo, el día de su Resurrección) – que marcó el final de su nuevo trabajo de la creación – se convertiría en el nuevo día de reposo.