Proponemos un sencillo método en base a signos. Lea el texto con atención -si fuera necesario más de una vez- recórralo de nuevo, marcándolo según esta tabla y siguiendo sus pasos, adaptados a la lectura personal o comunitaria:
a- Invocamos para que el Padre nos envíe su Espíritu, para comprender y vivir su mensaje.
b- Luego, leemos el texto bíblico. Damos un tiempo para que cada uno marque el texto con un signo de interrogación lo que no entiende, subraye el tema central y ponga un signo de exclamación cuando me cuestiona.
c- Pongámoslos en común: primero, el de interrogación (lo que no entiendo); luego lo que subrayé y digo por qué creo que esa palabra o hecho es lo central del texto, y finalmente el de exclamación y comparto esa palabra, frase o acontecimiento me interpela.
d- Volvemos a leer el texto bíblico. Dejamos un tiempo para que cada uno lo marque con un asterisco, cuando la palabra o frase me mueve a una oración de petición, acción de gracias, alabanza…, y anoto al margen del texto alguna palabra que indique el cambio de conducta que Dios me pide.
e- Ponemos en común estos dos signos. Oramos guiándonos por lo marcado con asterisco y teniendo en cuenta nuestra vida y el mensaje central del texto. Luego compartimos los compromisos que el Señor nos hace ver siguiendo las palabras puestas al margen del texto.