El Santísimo Nombre de Jesús

En la Biblia, el nombre define a la persona y tiene la capacidad de hacerla presente. Por eso, los judíos rezan a A Hashem (= El Nombre), porque el Nombre de Dios es Dios mismo. El nombre que Dios reveló a Moisés, no expresa tanto la esencia de Dios, cuanto su deseo de hacerse «nombrable» para el hombre, cercano a él. YHWH significa «Yo soy el que soy». Esta revelación llega a plenitud en el uso que hace Jesús del «Yo soy» en el evangelio de San Juan. Así se manifiesta que Dios se ha hecho definitivamente accesible para los hombres.

Su nombre ya no es solo un apelativo, sino que indica una presencia que escucha y habla al ser humano desde dentro de su historia. Esto se manifiesta también con la revelación que hace el ángel del nombre de Jesús y de su significado en hebreo (= YHWH salva. cf. Mt 1,21; Lc 1,31).

Desde el s. XIII, los dominicos erigieron asociaciones de fieles con el título de Sociedad del Santo Nombre de Dios y le dedicaron altares en sus templos.
San Bernardino de Siena se servía en sus predicaciones de una tabla con el monograma del Nombre de Jesús pintado (IHS en letras góticas, con una cruz sobre la H), rodeado por un sol con rayos.
Por influencia suya, la ciudad de Siena lo adoptó como escudo.

También se generalizó la costumbre de colocar este emblema en las puertas de los Sagrarios.
San Ignacio de Loyola lo convirtió en el escudo de la Compañía de Jesús.
Santa Teresa de Jesús lo usaba como sello y lo escribía al inicio de todas sus cartas.

Inocencio VI estableció en 1721 una fiesta del Nombre de Jesús, para toda la Iglesia latina, el segundo domingo después de Epifanía. San Pío X la trasladó al primer domingo de enero (a no ser que coincidiera con el día de Epifanía, en cuyo caso se celebraba el 2 de enero). Después de desaparecer del calendario, la nueva edición del Misal de 2002 la recuperó el 3 de enero.

Numerosas cofradías de España e Hispanoamérica siguen honrando el Dulce Nombre de Jesús, realizando cultos en su honor y sacando en procesión una imagen del Niño Jesús en este día. Los antiguos himnos de la fiesta provenían del hermoso poema de 50 estrofas Iubilus de nomine Iesu, escrito en el siglo XI por san Bernardo de Claraval. En él afirma que ni las palabras escritas ni las habladas son capaces de explicar lo que es el amor de Jesús, porque solo la experiencia permite comprender lo que significa. Las estrofas de Vísperas, que comienzan por «Iesu dulcis memoria», son las más conocidas. En esta entradarecogí el canto y la traducción de buena parte del himno.

Esta es la oración colecta actual de la Misa: «Dios Padre Misericordioso, te pedimos que quienes veneramos el Santísimo Nombre de Jesús, podamos disfrutar en esta vida de la dulzura de su gracia y de su gozo eterno en el Cielo».


Fuente: http://padreeduardosanzdemiguel.blogspot.mx/2013/01/el-santisimo-nombre-de-jesus.html