Poema al Nombre de Jesús
Daniel Nuño
No hay otro Nombre en la tierra
tan poderoso y sublime,
como el Nombre del Ungido
el Mesías prometido,
Jesucristo, el que redime.
Ante su sola mención
muertos recobran la vida,
los enfermos son sanados,
y los pobres desgraciados
ven curadas sus heridas.
En el Nombre de Jesús
se abren las puertas del cielo
para el alma que se humilla.
Quien busca a Dios de rodillas
halla el celeste consuelo.
Su Nombre calma a las fieras
y vence los elementos.
Lo imposible en Él no existe.
Ningún poder se resiste
al que creó el firmamento.
Nombre, que ofrece a los hombres
Vida Eterna y Redención,
Consuelo a los afligidos,
y al que llora arrepentido,
las delicias del perdón.
No hay para el hombre extraviado
otro Nombre más hermoso,
ni con tantas garantías.
Solo en Jesús, el Mesías,
las almas hallan reposo.
No busquéis otros recursos,
porque no hay más solución
que la que Dios ha provisto:
solo en el Nombre de CRISTO
se encuentra la salvación.
“Iubilus de nomine Iesu”
san Bernardo de Claraval
Dulce es el recuerdo de Jesús,
que trae la alegría verdadera al corazón;
pero su presencia es más dulce que la miel
y que todas las cosas.
No puede cantarse nada más suave
ni escucharse nada más agradable,
no puede pensarse nada más delicioso
que Jesús, el Hijo de Dios.
¡Oh, Jesús!, esperanza para los penitentes,
eres piadoso con los que te suplican
y bueno con los que te buscan,
¿Qué serás para los que te encuentran?
Ni la lengua puede decirlo
ni la pluma expresarlo;
solo quien lo ha experimentado
sabe lo que es amar a Jesús.
Cuando visitas nuestro corazón,
luce para él la verdad,
la vanidad del mundo pierde su valor
y dentro hierve la caridad.
¡Oh Jesús!, dulzura de los corazones,
fuente de lo verdadero,
luz de las mentes,
tú excedes todo gozo y todo deseo.
Jesús, honor de los ángeles,
dulce música para el oído,
miel maravillosa para la boca,
néctar celeste para el corazón.
Ya veo lo que busqué
y tengo lo que deseé,
porque mi corazón se abrasa
en el amor de Jesús.