ORACIÓN A LA PRECIOSÍSIMA SANGRE

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Oh Sangre Preciosísima de Jesús, precio infinito de rescate del universo, bebida y baño de nuestras almas, que defiendes la causa de la humanidad delante del trono de la suprema Misericordia, nosotros te adoramos profundamente.

Quisiéramos, en cuanto es posible, compensarte por la ingratitud y los ultrajes que recibes continuamente de tantos pecadores, sobre todo de los temerarios que se atreven a blasfemar de ti.

Seas siempre bendita, oh Sangre de infinito valor y sea mil veces bendito Jesús que te ha derramado por nuestra salvación. ¡Su inmenso amor por nosotros ha sido el que te ha hecho fluir de sus venas hasta la última gota!

Oh Sangre de Redención y Vida, de unidad y de paz, fuente de Gracia y prenda de Vida Eterna, haz que todos los corazones y todas las lenguas puedan alabarte, bendecirte y darte gracias ahora y siempre. Amén.

¡Señor Jesucristo, que nos has redimido con tu Sangre Preciosa, nosotros te adoramos!

Precio infinito del rescate del universo, místico baño de nuestras almas, tu Sangre divina es prenda de nuestra salvación junto al Padre Misericordioso.

Seas siempre bendito y te sean dadas gracias, Jesús, por el don de tu Sangre, que con Espíritu de Amor eterno has ofrecido hasta la última gota para hacernos partícipes de la Vida Divina.

La Sangre que ha derramado por nuestra Redención nos purifique del pecado y nos salve de las insidias del maligno. La Sangre de la nueva y eterna alianza, nuestra bebida en el Sacrificio Eucarístico, nos una a Dios y entre nosotros en el amor, en la paz y en el respeto de toda persona, especialmente de los pobres.

Oh Sangre de Vida, de unidad y de paz, misterio de Amor y fuente de Gracia, embriaga nuestros corazones del Santo Espíritu.

Señor Jesús, quisiéramos compensarte por las ingratitudes y los ultrajes que recibes continuamente de los pecados de tus criaturas. Acepta nuestra vida en unión con el ofrecimiento de tu Sangre, para que podamos completar en nosotros lo que falta a tu Pasión por el bien de la Iglesia y por la Redención del mundo.

Señor Jesucristo, haz que todos los pueblos y todas las lenguas te puedan bendecir y dar gracias en la tierra y en la Gloria de los Cielos con el canto de alabanza: "Nos has redimido, oh Señor, con tu Sangre y has hecho de nosotros un reino para nuestro Dios". Amén