Henry Vargas Holguín -- Aleteia
Jul 15, 2016
El mes de julio está dedicado a la Preciosísima Sangre
Si el mes de junio es dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, el mes de julio está dedicado a su Preciosísima Sangre.
La devoción católica a la Preciosa Sangre de Cristo lleva a adorar al Señor Jesús reconociendo, con gratitud y amor, el valor de su sacratísima sangre.
Sobre ella trata la carta apostólica Inde a Primis del papa Juan XXIII sobre el fomento del culto a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
La Iglesia instituyó la fiesta litúrgica de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo el día 1 de julio y actualmente invita a seguir la tradición de ensalzar la dignidad de esta sangre en el mes de julio.
La catedral de Westminster está dedicada a la Preciosísima Sangre de Cristo.
Estas celebraciones enfocan la mirada, la atención y la fe en el misterio del Amor de Dios encarnado, y recuerdan que Cristo, derramando su sangre, ha ofrecido y ofrece su amor, fuente de reconciliación y principio de vida nueva en el Espíritu Santo.
En la Biblia está escrito que hemos sido rescatados con “una sangre preciosa”, la de Cristo (1 Pe 1, 19). San Pablo dice que “para ser libres nos libertó Cristo” (Ga 5, 1), y esta libertad tuvo un precio alto: la vida, la sangre del redentor.
La Sangre de Cristo es el precio que Dios pagó por librar a la humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerte eterna. La Sangre de Cristo es la prueba irrefutable del Amor de Dios Trinidad a todo hombre, sin excluir a nadie.
La devoción a la Sangre de Cristo es en el fondo un acto de amor y de respeto al misterio insondable del Amor y de la Misericordia divinas.
Y la Iglesia conmemora el misterio de la Sangre de Cristo, en muchas celebraciones, como en la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Señor, el Corpus Christi.
El valor y la eficacia redentora de la Sangre de Cristo son objeto de memoria y adoración constante, por ejemplo, en dos momentos claves: el Viernes Santo durante la adoración de la cruz, y en la exaltación de la Santa Cruz.
La veneración de la Sangre de Cristo ha pasado del culto litúrgico a la piedad popular, en la que tiene un amplio espacio y numerosas expresiones: el Vía Sanguinis, la hora de adoración a la Preciosísima Sangre de Cristo (la alabanza y la adoración de la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía), las Letanías de la Sangre de Cristo (el formulario actual, aprobado por el papa Juan XXIII), la Corona de la Preciosísima Sangre de Cristo, en la que con lecturas bíblicas y oraciones son objeto de meditación las piadosas siete efusiones de Sangre de Cristo.
Pero una cosa es la correcta devoción y otra muy diferente, que hay que evitar, es darle a la Preciosa Sangre de Cristo una connotación esotérica, de magia o de superstición. La sangre de Cristo no es un amuleto ni un fetiche, ni una “fórmula” mágica.
Muchos incluso han caído en el error de “lanzar” la sangre de Cristo contra el diablo, utilizando expresiones como, por ejemplo, “la sangre de Cristo contra ti”, etc. Otros afirman cubrirse con la sangre de Cristo.
Nada de esto es necesario, estas cosas rayan en el paganismo. Es importante encauzar correctamente esta y toda práctica devocional atendiendo a las orientaciones pastorales de la Iglesia.
El único poder que ha tenido y tiene la Sagrada Sangre de Cristo es redentor. No pensemos en ella como una especie de coraza contra todos los males de este mundo. No confundamos la Sangre de Cristo con un chaleco antibalas en el sentido de considerarla como algo utilitario.
Tampoco se trata de encargar milagros a un Dios que está obligado a hacer todo lo que se le ordene en el nombre de Jesús o en el nombre de su sangre.
No esperemos que la Preciosísima Sangre de Jesús evite desgracias o nos conceda milagros; pero sí démosle gracias a Jesús, valorando su sacrificio redentor que, mediante su sangre, nos ha lavado los pecados llevándonos a la vida eterna.
La sangre de Cristo no tiene nada de mágico, sólo tiene un carácter propiciatorio. La Sangre de Cristo se pone entre la santidad de Dios y nuestro pecado propiciando el perdón y la reconciliación.
¿Hay una devoción a la preciosa sangre de Cristo no aprobada por la Iglesia católica?
Es una devoción surgida en Nigeria y difundida por un falso vidente
Por: P. Modesto Lule Zavala msp | Fuente: modestolule.com
DEVOCIÓN APROBADA POR LA IGLESIA
El santo papa Juan XXIII, “el treinta de junio de 1959, vigilia de la fiesta de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, segundo año de nuestro Pontificado” publicó lacarta apostólica Inde a primis “sobre el fomento del culto a la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo”. Aunque ya se venía celebrando esta fiesta donde se rescata el carácter salvador de Cristo al derramar su preciosa sangre por cada uno de nosotros.
DEVOCIÓN NO APROBADA POR LA IGLESIA
Una devoción a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo surgida en Nigeria se ha difundido en México y en otros países, esta se ha originado en Nigeria a partir del mes de julio de 1995.
En la Arquidiócesis de México se ha prohibido la difusión de esta devoción que se ha tomado del libro que no sólo se atribuye Bernabé Nwoye, posible vidente, sino que se afirma que habría sido dictado por Nuestro Señor Jesucristo a este supuesto vidente nigeriano.
Se afirma que diversos mensajes difundidos por Bernabé Nwoye provienen de la Santísima Virgen María y “una multitud de ángeles y santos, como San José, San Miguel Arcángel y otros arcángeles, San Antonio de Padua, Santa Brígida de Suecia, San Pío, Santa Gertrudis, San Judas Tadeo y muchos otros”.
También se señala que, en varias ocasiones, “Bernabé ha visto a la Santísima Trinidad simultáneamente bendiciendo cuando los sacerdotes pronuncian la bendición final en la Misa”.
La Arquidiócesis Primada de México el 20 de noviembre de 2015, en una carta circular, firmada por el Canciller, P. José V. Ortíz Montes, CCR, se da a conocer las conclusiones de las gestiones dirigidas por el Pbro. Dr. Rogelio Alcántara, director de la Comisión para la Doctrina de la Fe sobre este libro y en correspondencia sobre la devoción.
La Cancillería comunicó que ESTÁ TERMINANTEMENTE PROHIBIDA la literatura, iconografía y doctrina de la “Devoción a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo” venida de Olo, Nigeria.
A continuación los puntos no compatibles con la doctrina cristiana que señala la Arquidiócesis de México.
1. La devoción afirma que la Iglesia Católica está “embriagada con hiel y amargura” (p. 641) y que ya no se puede confiar en ella porque: Saboteadores subversivos (masones) se han infiltrado en ella y han cambiado, y siguen cambiando, el Magisterio infalible de la Iglesia (p. 15 – 16).
2. El Papa está bajo la influencia del demonio (pp. 18, 63; cf. p. 61), porque “en la Sede de Pedro” el demonio “ha levantado el trono de su abominable impiedad” (p. 64).
3. El libro afirma que dicha infiltración se hizo para preparar la “apostasía final” mencionada en Dn 9, 21; Mt 24, 15 y 2Ts 2, 3. (p. 15 – 16).
4. Sostiene que quien siga a la Iglesia Católica como actualmente se encuentra, muy probablemente “terminará en el infierno”, dado que “toda clase de evangelios están siendo predicados aún [sic] dentro del catolicismo” (p. 18). Según sus autores, esta devoción es para no perder la verdadera fe durante la Tribulación actual. No es para llevar un proceso de conversión que lleve a vivir las obras de misericordia.
5. Presenta una devoción a la Preciosa Sangre totalmente ajena a la auténtica devoción ya secular en la Iglesia, promovida por santos como San Gaspar el Búfalo, San Juan XIII, etc.
6. Dice que el rezo de sus oraciones hace que “la Hora del Reino en la tierra venga más pronto” (p. 58), por lo que pasan por alto que el Reino de Dios ya llegó con Jesucristo (Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 541- 556) y que la salvación ha sido ya realizada por su Misterio Pascual.
7. Afirma que si no se recibe el misterioso “Gran Sello de la Preciosa Sangre”, recibirá “el sello del enemigo, el 666” (p. 16). Este Sello se presenta como un pseudo-sacramento de naturaleza esotérica que concede la gracia santificante (p. 90), la presencia verdadera de Jesús “en [los] corazones” (p. 88), y la “gloria” divina (p. 90). Los ministros de este pseudo-sacramento, afirma, no son los sacerdotes, sino los mismos “ángeles de Dios” (p. 88).
8. Presenta a este “Gran Sello” como superior a todas las devociones de la Iglesia, a todos sus sacramentos e incluso a la misma Iglesia. Promueven un reino puramente terreno que consistirá en la reunión de todas las tribus de Jacob en un “nuevo Israel”, una nueva Iglesia cuyo inicio se ha dado ya en Olo, Nigeria (p. 16).
Por ministerio, la aprobación de supuestas apariciones y revelaciones compete al Ordinario del lugar donde se dieron (cf. Congregación para la Doctrina de la Fe: Normas sobre el modo de proceder en el discernimiento de presuntas Apariciones y Revelaciones, aprobado por Pablo VI en 1978). El Ordinario, en ese entonces, Mons. Anthony Gbuji, Obispo de Enugu, Nigeria, no solo NO aprobó la doctrina derivada de las supuestas apariciones a Bernabé Nwoye, sino que las prohibió, pidiendo a todos los seguidores de esta devoción en su Diócesis que obedecieran al Obispo.
Jul 15, 2016
Si el mes de junio es dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, el mes de julio está dedicado a su Preciosísima Sangre.
La devoción católica a la Preciosa Sangre de Cristo lleva a adorar al Señor Jesús reconociendo, con gratitud y amor, el valor de su sacratísima sangre.
Sobre ella trata la carta apostólica Inde a Primis del papa Juan XXIII sobre el fomento del culto a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
La Iglesia instituyó la fiesta litúrgica de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo el día 1 de julio y actualmente invita a seguir la tradición de ensalzar la dignidad de esta sangre en el mes de julio.
La catedral de Westminster está dedicada a la Preciosísima Sangre de Cristo.
Estas celebraciones enfocan la mirada, la atención y la fe en el misterio del Amor de Dios encarnado, y recuerdan que Cristo, derramando su sangre, ha ofrecido y ofrece su amor, fuente de reconciliación y principio de vida nueva en el Espíritu Santo.
En la Biblia está escrito que hemos sido rescatados con “una sangre preciosa”, la de Cristo (1 Pe 1, 19). San Pablo dice que “para ser libres nos libertó Cristo” (Ga 5, 1), y esta libertad tuvo un precio alto: la vida, la sangre del redentor.
La Sangre de Cristo es el precio que Dios pagó por librar a la humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerte eterna. La Sangre de Cristo es la prueba irrefutable del Amor de Dios Trinidad a todo hombre, sin excluir a nadie.
La devoción a la Sangre de Cristo es en el fondo un acto de amor y de respeto al misterio insondable del Amor y de la Misericordia divinas.
Y la Iglesia conmemora el misterio de la Sangre de Cristo, en muchas celebraciones, como en la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Señor, el Corpus Christi.
El valor y la eficacia redentora de la Sangre de Cristo son objeto de memoria y adoración constante, por ejemplo, en dos momentos claves: el Viernes Santo durante la adoración de la cruz, y en la exaltación de la Santa Cruz.
La veneración de la Sangre de Cristo ha pasado del culto litúrgico a la piedad popular, en la que tiene un amplio espacio y numerosas expresiones: el Vía Sanguinis, la hora de adoración a la Preciosísima Sangre de Cristo (la alabanza y la adoración de la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía), las Letanías de la Sangre de Cristo (el formulario actual, aprobado por el papa Juan XXIII), la Corona de la Preciosísima Sangre de Cristo, en la que con lecturas bíblicas y oraciones son objeto de meditación las piadosas siete efusiones de Sangre de Cristo.
Pero una cosa es la correcta devoción y otra muy diferente, que hay que evitar, es darle a la Preciosa Sangre de Cristo una connotación esotérica, de magia o de superstición. La sangre de Cristo no es un amuleto ni un fetiche, ni una “fórmula” mágica.
Muchos incluso han caído en el error de “lanzar” la sangre de Cristo contra el diablo, utilizando expresiones como, por ejemplo, “la sangre de Cristo contra ti”, etc. Otros afirman cubrirse con la sangre de Cristo.
Nada de esto es necesario, estas cosas rayan en el paganismo. Es importante encauzar correctamente esta y toda práctica devocional atendiendo a las orientaciones pastorales de la Iglesia.
El único poder que ha tenido y tiene la Sagrada Sangre de Cristo es redentor. No pensemos en ella como una especie de coraza contra todos los males de este mundo. No confundamos la Sangre de Cristo con un chaleco antibalas en el sentido de considerarla como algo utilitario.
Tampoco se trata de encargar milagros a un Dios que está obligado a hacer todo lo que se le ordene en el nombre de Jesús o en el nombre de su sangre.
No esperemos que la Preciosísima Sangre de Jesús evite desgracias o nos conceda milagros; pero sí démosle gracias a Jesús, valorando su sacrificio redentor que, mediante su sangre, nos ha lavado los pecados llevándonos a la vida eterna.
La sangre de Cristo no tiene nada de mágico, sólo tiene un carácter propiciatorio. La Sangre de Cristo se pone entre la santidad de Dios y nuestro pecado propiciando el perdón y la reconciliación.
¿Hay una devoción a la preciosa sangre de Cristo no aprobada por la Iglesia católica?
Es una devoción surgida en Nigeria y difundida por un falso vidente
Por: P. Modesto Lule Zavala msp | Fuente: modestolule.com
DEVOCIÓN APROBADA POR LA IGLESIA
El santo papa Juan XXIII, “el treinta de junio de 1959, vigilia de la fiesta de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, segundo año de nuestro Pontificado” publicó lacarta apostólica Inde a primis “sobre el fomento del culto a la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo”. Aunque ya se venía celebrando esta fiesta donde se rescata el carácter salvador de Cristo al derramar su preciosa sangre por cada uno de nosotros.
DEVOCIÓN NO APROBADA POR LA IGLESIA
Una devoción a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo surgida en Nigeria se ha difundido en México y en otros países, esta se ha originado en Nigeria a partir del mes de julio de 1995.
En la Arquidiócesis de México se ha prohibido la difusión de esta devoción que se ha tomado del libro que no sólo se atribuye Bernabé Nwoye, posible vidente, sino que se afirma que habría sido dictado por Nuestro Señor Jesucristo a este supuesto vidente nigeriano.
Se afirma que diversos mensajes difundidos por Bernabé Nwoye provienen de la Santísima Virgen María y “una multitud de ángeles y santos, como San José, San Miguel Arcángel y otros arcángeles, San Antonio de Padua, Santa Brígida de Suecia, San Pío, Santa Gertrudis, San Judas Tadeo y muchos otros”.
También se señala que, en varias ocasiones, “Bernabé ha visto a la Santísima Trinidad simultáneamente bendiciendo cuando los sacerdotes pronuncian la bendición final en la Misa”.
La Arquidiócesis Primada de México el 20 de noviembre de 2015, en una carta circular, firmada por el Canciller, P. José V. Ortíz Montes, CCR, se da a conocer las conclusiones de las gestiones dirigidas por el Pbro. Dr. Rogelio Alcántara, director de la Comisión para la Doctrina de la Fe sobre este libro y en correspondencia sobre la devoción.
La Cancillería comunicó que ESTÁ TERMINANTEMENTE PROHIBIDA la literatura, iconografía y doctrina de la “Devoción a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo” venida de Olo, Nigeria.
A continuación los puntos no compatibles con la doctrina cristiana que señala la Arquidiócesis de México.
1. La devoción afirma que la Iglesia Católica está “embriagada con hiel y amargura” (p. 641) y que ya no se puede confiar en ella porque: Saboteadores subversivos (masones) se han infiltrado en ella y han cambiado, y siguen cambiando, el Magisterio infalible de la Iglesia (p. 15 – 16).
2. El Papa está bajo la influencia del demonio (pp. 18, 63; cf. p. 61), porque “en la Sede de Pedro” el demonio “ha levantado el trono de su abominable impiedad” (p. 64).
3. El libro afirma que dicha infiltración se hizo para preparar la “apostasía final” mencionada en Dn 9, 21; Mt 24, 15 y 2Ts 2, 3. (p. 15 – 16).
4. Sostiene que quien siga a la Iglesia Católica como actualmente se encuentra, muy probablemente “terminará en el infierno”, dado que “toda clase de evangelios están siendo predicados aún [sic] dentro del catolicismo” (p. 18). Según sus autores, esta devoción es para no perder la verdadera fe durante la Tribulación actual. No es para llevar un proceso de conversión que lleve a vivir las obras de misericordia.
5. Presenta una devoción a la Preciosa Sangre totalmente ajena a la auténtica devoción ya secular en la Iglesia, promovida por santos como San Gaspar el Búfalo, San Juan XIII, etc.
6. Dice que el rezo de sus oraciones hace que “la Hora del Reino en la tierra venga más pronto” (p. 58), por lo que pasan por alto que el Reino de Dios ya llegó con Jesucristo (Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 541- 556) y que la salvación ha sido ya realizada por su Misterio Pascual.
7. Afirma que si no se recibe el misterioso “Gran Sello de la Preciosa Sangre”, recibirá “el sello del enemigo, el 666” (p. 16). Este Sello se presenta como un pseudo-sacramento de naturaleza esotérica que concede la gracia santificante (p. 90), la presencia verdadera de Jesús “en [los] corazones” (p. 88), y la “gloria” divina (p. 90). Los ministros de este pseudo-sacramento, afirma, no son los sacerdotes, sino los mismos “ángeles de Dios” (p. 88).
8. Presenta a este “Gran Sello” como superior a todas las devociones de la Iglesia, a todos sus sacramentos e incluso a la misma Iglesia. Promueven un reino puramente terreno que consistirá en la reunión de todas las tribus de Jacob en un “nuevo Israel”, una nueva Iglesia cuyo inicio se ha dado ya en Olo, Nigeria (p. 16).
Por ministerio, la aprobación de supuestas apariciones y revelaciones compete al Ordinario del lugar donde se dieron (cf. Congregación para la Doctrina de la Fe: Normas sobre el modo de proceder en el discernimiento de presuntas Apariciones y Revelaciones, aprobado por Pablo VI en 1978). El Ordinario, en ese entonces, Mons. Anthony Gbuji, Obispo de Enugu, Nigeria, no solo NO aprobó la doctrina derivada de las supuestas apariciones a Bernabé Nwoye, sino que las prohibió, pidiendo a todos los seguidores de esta devoción en su Diócesis que obedecieran al Obispo.