Aprender a “beber el cáliz” de las contradicciones por el evangelio

LOS CRISTIANOS HOY DEBEMOS APRENDER 
A BEBER EL CÁLIZ SENTIDO DEL APRENDIZAJE



A lo largo de la vida hemos dejado atrás el miedo a Dios y lo hemos reconocido, al fin, como el Dios bueno que ama sin condiciones. Dios nos ha hecho para ser felices, para vivir en la alegría y la confianza, para cantar y gozar la vida que Él nos ha regalado.

Pero no hay “gracia barata”. A nadie se le ocurriría decir que Jesús no fue feliz. En absoluto. Pero, ¿cómo casar esto con el hecho de la pasión, de la cruz, y del “por qué me has abandonado”? La felicidad que promete Jesús no es una felicidad sin conflicto. Todo lo contrario: “no he venido a traer paz”, dice Jesús en otro momento.

Y nos anuncia la persecución cuando, en nuestra vida, nos atrevemos a ser absolutamente fieles al modo de vivir del evangelio como servidores, al modo de vivir de Jesús.

Por eso es necesario aprender lo que Santiago y Juan, como nosotros, ignoraban: aprender a “beber el cáliz” de las contradicciones por el evangelio sin por ello dejar de ser felices y transformar nuestro poder en verdadero servicio.

Los misioneros, hoy, son testimonio de este modo de vida, queriendo vivir el evangelio de la Buena Noticia y la misericordia “a tumba abierta” y muchas veces dando la vida por ello en el intento. Hoy también hay otros cristianos perseguidos y martirizados lejos de nosotros, en auténticas masacres de las que a veces apenas tenemos noticia porque son “cristianos”.

 Ellos son testimonio, para nosotros, de ese “beber el cáliz” que debe estar presente como hipótesis siempre en nuestras vidas si queremos mantenernos fieles al camino de Jesús.

TEXTOS

1. El evangelio es exagerado
«En su núcleo, el cristianismo actúa a modo de una gran exageración que, contemplada en una perspectiva meramente psicológica, puede adquirir incluso rasgos demenciales. Los niveles de atención, de dedicación, de responsabilidad enunciados por Jesús son intranquilizadores, “escandalosos”. Flota sobre su mensaje un hálito de anarquía. ¿Quién puede vivirlo consecuentemente? Y, así, nos venimos esforzando, desde hace 2000 años, por empequeñecerlo, por reducirlo, para poder ponemos de acuerdo con él sin tener que convertimos demasiado. Y, sin embargo, surge una y otra vez en el cristianismo la intranquilidad, la rebelión contra estos intentos de rebajar caprichosamente aquellos niveles o de representarlos a través de un radicalismo simplemente estético…. Esta tensión distingue y caracteriza la grandeza y también y al mismo tiempo la situación de amenaza y de riesgo constitutivo del cristianismo, caracteriza su desasosiego apocalíptico.

… Aletea sobre el cristianismo un hálito de irreconciliación. Ahuyentarlo no sería expresión de una fe fuerte, sino de poca fe. ¿Creemos en Dios, o creemos en nuestra fe en Dios y, por tanto, acaso más bien en nosotros mismos, en aquello por lo que nos gusta tenernos? …No son vagas y dubitativas preguntas, sino apasionadas interpelaciones las que forman parte de aquella pasión de Dios de la que hoy deberíamos procurar informarnos. ¿No hay tal vez en nuestra espiritualidad cristiana demasiados cantos y muy pocos gritos, demasiadas aclamaciones jubilosas y muy poca tristeza, demasiados beneplácitos y muy poca nostalgia, demasiado consuelo y muy poca hambre de consolación?»
Juan Bautista Metz, Pasión por Dios

2. En ti está la luz


UNA CANCIÓN



Reina en mí la oscuridad, pero en ti está la luz.
Estoy solo, pero tú no me abandonas.
Estoy desatendido, pero en ti está la ayuda.
Estoy intranquilo, pero en ti está la paz

La amargura me domina, pero en ti está la paciencia.
No comprendo tus caminos,
pero tú sabes el camino para mí.
Dietrich Bonhoeffer

¿Qué es una “maza”? «La cantera es de donde se sacan los cantos –decía Silvio Rodríguez, el cantautor- la maza es con lo que se golpea.
Si no hubiera una cantera de donde sacar un producto ¿para qué serviría la maza?” La vida es un poco así. El Reino es así, diría Jesús a Santiago y a Juan. La vida y la misión no pueden ser sólo “fuegos de artificio”. El Reino, como la vida, “golpea”. Como la maza en la cantera. Para alcanzar el sueño, el Reino –la cantera- hay que estar dispuesto a “beber el trago” –: la maza que golpea-.

“La maza” (Silvio Rodríguez)
 https://www.youtube.com/watch?v=-IeNVgVSr4U

Si no creyera en la locura
de la garganta del sinsonte,
si no creyera que en el monte
se esconde el trino y la pavura

Si no creyera en la balanza,
en la razón del equilibrio,
si no creyera en el delirio,
si no creyera en la esperanza

Si no creyera en lo que agencio,
si no creyera en mi camino,
si no creyera en mi sonido,
si no creyera en mi silencio

¿Qué cosa fuera,
que cosa fuera la maza sin cantera?:
un amasijo hecho de cuerdas y tendones,
un revoltijo de carne con madera,
un instrumento sin mejores resplandores,
¡qué lucecitas montadas para escena…!

¿Qué cosa fuera -corazón- qué cosa fuera,
qué cosa fuera la maza sin cantera?

Si no creyera en lo más duro,
si no creyera en el deseo,
si no creyera en lo que creo,
si no creyera en algo puro

Si no creyera en cada herida,
si no creyera en la que ronde,
si no creyera en lo que esconde
hacerse hermano de la vida

Si no creyera en quien me escucha,
si no creyera en lo que duele,
si no creyera en lo que queda,
si no creyera en lo que lucha

¿Qué cosa fuera…?:

Un testaferro del traidor de los aplausos,
un servidor de pasado en copa nueva,
un eternizador de dioses del ocaso,
júbilo hervido con trapo y lentejuela

¿Qué cosa fuera -corazón- qué cosa fuera,
qué cosa fuera la maza sin cantera,
qué cosa fuera -corazón- qué cosa fuera,
qué cosa fuera la maza sin cantera…?

Publicado por Franciscanos Valladolid