Toque de ánimas


Toque de ánimas 

Se hacía a las nueve de la noche en invierno y una hora después en verano. Era un toque que invitaba a rezar por las ánimas del Purgatorio, y consistía en cinco campanadas graves, una pausa y tres clamores; y así se repetía el ciclo durante unos minutos.

Si al día siguiente había previsto un funeral, para anunciarlo, después se tocaba un doble.

Antiguamente el pueblo cristiano tenía más piedad con las almas del purgatorio, porque tenía una fe más firme en el purgatorio y en la validez de los sufragios ofrecidos por los difuntos: oraba diariamente por los ellos, especialmente por los familiares -el toque «de ánimas» en las parroquias-, y ofrecía por ellos con más frecuencia misas y penitencias personales.

Hoy se considera de mal gusto -muy «negativo»- pensar o hablar de la muerte, y fácilmente dejamos a nuestros hermanos difuntos sin los sufragios que por ellos deberíamos ofrecer a Dios, y que por su misericordia son eficacísimos

Desde el mediodía de Todos los Santos, después del Ángelus, comenzaba el campaneo, doblando el toque de difuntos toda la tarde, noche y madrugada hasta que oscurecía el Dia de Difuntos. Imponente.

Ya no se toca. Sólo se ha conservado el toque entre el mediodía y la tarde. Paran las campanas de noche y madrugada y vuelven a sonar por la mañana del dia 2. Pero no es lo mismo que estar oyendo dia, noche y madrugada el toque de muertos, sin parar.

Los monaguillos iban de puerta a puerta pidiendo "la limosnita de los Santos", y en cada casa les daban algo, ya fueran unas pesetillas, un duro los que más,o un puñado de castañas, o de bellotas, también algunos dulces. Eran para que se los tomaran durante las pesadas horas de toque en el campanario. Se ponían algodones en las orejas, y se pasaban un dia entero, entre el de los Santos y el de Difuntos, doblando las campanas. De noche, encendían una fogatilla en el campanario, para calentarse. De lejos, se veía la luz temblona de la candela alumbrando desde dentro los arcos de las campanas, que no paraban de tocar.

En las ciudades, el uso de las campanas es casi impracticable. En los pueblos, todavía se conserva en muchos, aunque sea un toque reducido de Ánimas, y no el continuado como antiguamente. En una ciudad, la muerte se escabulle y apenas se nota; en un pueblo, señorea todavía con bastantes "recursos". En mi pueblo tocan "la señal" en la torre de la Parroquia cuando muere alguien. Se empieza con una especie de "clave" distinguiendo al muerto con tres campanadas previas si es hombre, y dos si es mujer; seguidamente, comienzan a doblar el toque de difuntos. Y se hace un silencio respetuoso,"ambiental", temeroso, como si se suspendiera un rato el ruido corriente de la calle.

TOQUE DE ANIMAS EN TORNAVACAS








Práctica para toque de ánimas

Presentamos una práctica litúrgica poco conocida de la mayoría de los fieles y que puede rezarse con mucho fruto espiritual y provecho de los difuntos al toque de ánimas (9 de la noche) o antes de acostarse, después de las oraciones de la noche.

En este mes de noviembre, dedicado a la Iglesia purgante, acordémonos especialmente de los precitos y acostumbrémonos a rezar por ellos frecuentemente. Las ánimas benditas son muy agradecidas y así ejercemos la comunión de los santos en su favor.

Psalmi Graduales

Sicubi recitentur in choro, congrue dicuntur ante Matutinum diei; extra chorum vero pro temporis opportunitate.
Primi quinque psalmi dicuntur sine Gloria Patri; sed in fine ultimi dicitur Requiem æternam.
Incipiuntur absolute sine antiphona.

Psalmus 119
Ad Dominum cum tribularer clamavi: * et exaudivit me.
Domine, libera animam meam a labiis iniquis, * et a lingua dolosa.
Quid detur tibi, aut quid apponatur tibi * ad linguam dolosam?
Sagittæ potentis acutæ, * cum carbonibus desolatoriis.
Heu mihi, quia incolatus meus prolongatus est: habitavi cum habitantibus Cedar: *
multum incola fuit anima mea.
Cum his, qui oderunt pacem, eram pacificus: * cum loquebar illis, impugnabant me gratis.

Psalmus 120
Levavi oculos meos in montes, * unde veniet auxilium mihi.
Auxilium meum a Domino, * qui fecit cælum et terram.
Non det in commotionem pedem tuum: * neque dormitet qui custodit te.
Ecce, non dormitabit neque dormiet, * qui custodit Israël.
Dominus custodit te, Dominus protectio tua, * super manum dexteram tuam.
Per diem sol non uret te: * neque luna per noctem.
Dominus custodit te ab omni malo: * custodiat animam tuam Dominus.
Dominus custodiat introitum tuum, et exitum tuum: * ex hoc nunc, et usque in sæculum.

Psalmus 121
Lætatus sum in his, quæ dicta sunt mihi: * In domum Domini ibimus.
Stantes erant pedes nostri, * in atriis tuis, Ierusalem.
Ierusalem, quæ ædificatur ut civitas: * cuius participatio eius in idipsum.
Illuc enim ascenderunt tribus, tribus Domini: * testimonium Israël ad confitendum nomini Domini.
Quia illic sederunt sedes in iudicio, * sedes super domum David.
Rogate quæ ad pacem sunt Ierusalem: * et abundantia diligentibus te:
Fiat pax in virtute tua: * et abundantia in turribus tuis.
Propter fratres meos, et proximos meos, * loquebar pacem de te:
Propter domum Domini, Dei nostri, * quæsivi bona tibi.

Psalmus 122
Ad te levavi oculos meos, * qui habitas in cælis.
Ecce sicut oculi servorum, * in manibus dominorum suorum.
Sicut oculi ancillæ in manibus dominæ suæ: * ita oculi nostri ad Dominum, Deum nostrum, donec misereatur nostri.
Miserere nostri, Domine, miserere nostri: * quia multum repleti sumus despectione:
Quia multum repleta est anima nostra: * opprobrium abundantibus, et despectio superbis.

Psalmus 123
Nisi quia Dominus erat in nobis, dicat nunc Israël: * nisi quia Dominus erat in nobis,
Cum exsurgerent homines in nos, * forte vivos deglutissent nos:
Cum irasceretur furor eorum in nos, * forsitan aqua absorbuisset nos.
Torrentem pertransivit anima nostra: * forsitan pertransisset anima nostra aquam intolerabilem.
Benedictus Dominus * qui non dedit nos, in captionem dentibus eorum.
Anima nostra sicut passer erepta est * de laqueo venantium.
Laqueus contritus est, * et nos liberati sumus.
Adiutorium nostrum in nomine Domini, * qui fecit cælum et terram.

Requiem æternam * dona eis, Domine.
Et lux perpetua * luceat eis.

Deinde dicitur flexis genibus:
Pater noster, secreto usque ad

V. Et ne nos inducas in tenationem.
R. Sed libera nos a malo.
V. A porta inferi.
R. Erue, Domine, animas eorum.
V. Requiescant in pace.
R. Amen.
V. Domine, exaudi orationem meam.
R. Et clamor meus ad te veniat.
Vel, in choro aut in communi:
V. Dominus vobiscum.
R. Et cum spiritu tuo.

Oremus. Absolve, quæsumus, Domine, animas famulorum famularumque tuarum et omnium fidelium defunctorum, ab omni vinculo delictorum; ut in resurrectionis gloria inter Sanctos et electos tuos resuscitati respirent. Per Christum Dominum nostrum. R. Amen.

Salmos Graduales Si son recitados en el coro, convenientemente se dicen antes de los maitines del día; fuera del coro, en el momento más oportuno. Los primeros cinco salmos de recitan sin Gloria Patri; pero al final del último se dice Requiem æternam. Comienzan directamente sin antífona. Salmo 119 En mi aflicción llamé al Señor, y El me respondió. Líbrame, Señor, de los labios mentirosos, de la lengua traidora. ¿Qué te va a dar o mandarte Dios, lengua traidora? Flechas de arquero, afiladas con ascuas de retama. ¡Ay de mí, desterrado en Masac, acampado en Cedar! Demasiado llevo viviendo con los que odian la paz; cuando yo digo: "Paz", ellos dicen: "Guerra". Salmo 120 Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel. El Señor te aguarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre. Salmo 121 ¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor"! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. Desead la paz a Jerusalén: "Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios". Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: "La paz contigo". Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien. Salmo 122 A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo. Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores, como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su misericordia. Misericordia, Señor, misericordia, que estamos saciados de desprecios; nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos, del desprecio de los orgullosos. Salmo 123 Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte -que lo diga Israel-, si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos: tanto ardía su ira contra nosotros. Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes. Bendito el Señor, que no nos entregó en presa a sus dientes; hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador: la trampa se rompió, y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Dales, Señor, el descanso eterno. Y que la luz perpetua les alumbre. A continuación se dice de rodillas: Padre nuestro, en secreto hasta V. Y no nos dejes caer en tentación. R. Mas líbranos del mal. V. De la puerta del infierno. R. Libra, Señor, sus almas. V. Que descansen en paz. R. Amén. V. Señor, escucha mi oración. R. Y mi clamor llegue a Ti. O en el coro y en común: V. El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu. Oremos. Absuelve, te rogamos Señor, las almas de tus siervos y siervas y las de todos los fieles difuntos de todo vínculo de pecados; para que en la gloria de la resdurrección respiren resucitados entre tus santos y elegidos. Por Cristo nuestro Señor. R. Amén.