Escatología-Infierno

Infierno Existencia

-Los que mueren en pecado mortal sienten la propia separación de Dios
-Las sentencias de Jesucristo y de San Pablo son horribles e irreversibles
-Existe el infierno
-Desde muchísimos siglos antes de la creación del Hombre


-Los que mueren en pecado mortal sienten la propia separación de Dios.
Se deduce de los siguientes versículos:

a) -Parábola de las vírgenes:
Mientras fueron a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: «¡Señor, señor, ábrenos!». Pero él respondió: «En verdad os digo que no os conozco» (Mt. 25, 10-11).
b) -Advertencias a los judíos incrédulos.
Jesús les dijo otra vez: «Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir» (Jn. 8, 21).
-Las sentencias de Jesucristo y de San Pablo acerca de los que se condenan son horribles e irreversibles.

a) -De Jesucristo.
Y tomando la palabra, las enseñaba diciendo: «Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que la encuentran (Mt. 7, 13-14).
...los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 8, 12).
Entonces el Rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt. 22, 13).
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos,...»
«¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo vais a escapar a la condenación de la gehenna? (Mt. 23, 29 y 33).
Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: «¡Señor, señor, ábrenos!» Pero él respondió: «En verdad os digo que no os conozco» (Mt. 25, 11-12).
Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 25, 30).
E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna (Mt. 25, 46).
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que se resiste al Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios pesa sobre él (Jn. 3, 36).
b) -De San Pablo.
En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la injusticia;... (Rom. 1, 18).
Así pues, queridos míos,...trabajad con temor y temblor por vuestra salvación,... (Fil. 2, 12).
-Existe el infierno, al que descienden inmediatamente las almas de los que mueren en pecado mortal.
¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El Señor Omnipotente les dará el castigo en el día del juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos y gemirán en dolor eternamente (Jdt. 16, 20).
Humilla hondamente tu alma, que el castigo del impío es fuego y gusanos (Si. 7, 17).
Se espantaron en Sión los pecadores, sobrecogió el temblor a los impíos: ¿Quién de nosotros podrá habitar con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas? (Is. 33, 14).
Y en saliendo verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará y serán el asco de toda carne (Is. 66, 24).
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otro para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).
Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna (Mt. 10, 28).
Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno del fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 49-50).
Entonces el rey dijo a los sirvientes: Atadle de pies y manos y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 22, 13).
Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 25, 30).
«Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles» ... E irán éstos a un castigo eterno y los justos a una vida eterna (Mt. 25, 41-46).
Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga (Mc. 9, 43-44).
Murió también el rico y fue sepultando. Estado en el Hades (mansión de los muertos) entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y gritando, dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 22-24).
Y el que o se haló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego (Apoc. 20, 15).
-El infierno existe desde muchísimos siglos antes de la creación del hombre, sin poder precisar el tiempo con exactitud.
Pues si Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio;... (2 Pe. 2, 4).
...a los ángeles que no mantuvieron su dignidad...los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio del gran Dios (Jud. 6).

53. Infierno. Diversos nombres.
 Como lugar y como estado

-Se designa con diversos nombres en la Sagrada Escritura
-Se designa también con nombres que significan lugar
-La Sagrada Escritura habla del infierno como lugar y como estado


-El infierno se designa con diversos nombres en la Sagrada Escritura.
a) -Sheol. Indica la mansión de los muertos en general.
Jacob...decía: «Voy a bajar en duelo al sheolJn.nde mi hijo» (Gén. 37, 5).
...si la tierra abre su boca y los traga con todo lo que les pertenece, y bajan vivos al sheol,... (Núm. 16, 30)
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b) -Gehenna. Significa en hebreo el valle de Hinnom, que es un precipicio al sur de Jerusalén, en el que se arrojaban las inmundicias de la ciudad y los cadáveres devorados por los gusanos. Allí ardían fuegos perennes para consumir aquellos repugnantes despojos.
...será reo de la gehenna de fuego (Mt. 5, 22).
...mas te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna (Mt. 5, 29).
-El infierno es designado con nombres que significan lugar.

a) -Fosa.
Oh Yahvéh,...me has recobrado de entre los que bajan a la fosa (Sal. 30, 4).

b) -Lago.
Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentaros día y noche por los siglos de los siglos (Apoc. 20, 10).
c) -Lugar de tormento.
Replicó: «Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les avise, y no vengan también ellos a este lugar de tormento» (Lc. 16, 27-29).
d) -Lugar inferior a la tierra.
Y sucedió que, nada más terminar de decir estas palabras, se abrió el suelo debajo de ellos; la tierra abrió su boca y se los tragó, con todas sus familias,... (Núm. 16, 31-32).
¡Oh, váyanse en tumulto, caiga la muerte sobre ellos, vivos en el seol se precipiten, pues está el mal de posada en medio de ellos! (Sal. 55, 15-16).
Murió también el rico y fue sepultado (Lc. 16, 22).

Aclaración. Probablemente no alude a un lugar en sentido circunscriptivo, sino de categoría moral y de situación personal sin coordenadas de tiempo ni de espacio.

-La Sagrada Escritura (El Nuevo Testamento) habla del infierno como lugar y como estado.

a) -Como lugar.
-Gehenna de fuego.
...el que le llama «renegado», será reo de la gehenna de fuego (Mt. 5, 22).
...temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna (Mt. 10, 28).
...más te vale entrar en la Vida con un sólo ojo que, con los dos ojos, ser arrojado en la gehenna del fuego (Mt. 18, 9).

-Lugar de tormentos.
Replicó: «Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les avise, y no vengan también ellos a este lugar de tormento» (Lc. 16, 28).
-Infierno.
Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno (Lc. 16, 23).
-Abismo.
La arrojó al Abismo, la encerró y puso encima los sellos, para que no sedujera más a las naciones... (Apoc. 20, 3).
-Camino de fuego.
El Hijo el hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de Jn.go (Mt. 13, 42).
Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, sepultarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno del fuego... (Mt. 13, 49-50).
-Lago de fuego.
...los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre (Apoc. 19, 20).
Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apoc. 20, 10).
Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre... (Apoc. 21, 8).

-Tártaro.
Pero si Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó... (2 Petr. 2, 4).
Aclaración. No se refiere a un lugar como parte de espacio que ocupa o puede ocupar la sustancia material, sino a ciertos receptáculos de los espíritus cuyas relaciones con los mismos están regidas por las leyes desconocidas, pero distintas de las que rigen la presencia de la sustancia material con el lugar que ocupa.

b) -Como estado.
-Muerte.
Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Rom. 6, 23).
Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu, vida y paz (Rom. 8, 6).
...pues si vivís según la carne, moriréis (Rom. 8, 13).
-Muerte segunda.
El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: el vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda (Apoc. 2, 11).
Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda (Apoc. 21, 8).
-Ruina.
Estos sufrirán la pena de una ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,... (2 Tes. 1, 9).
Los que quieren enriquecerse caen en la tentación, en el lazo y en muchas codicias insensatas y perniciosas que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición (1 Tim. 6, 9).
-Tinieblas exteriores.
...mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera;... (Mat. 8, 12).
Entonces el Rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera;... (Mat. 22, 13).
Y a este siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera (Mat. 25, 30).
-Suplicio eterno.
E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna (Mt. 15, 46).
Más vales que entres con un ojo sólo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga (Mc. 9, 48).
-Fuego inextinguible.
«...pero la paja la quemará con fuego que no se apaga» (Lc. 3, 8).
-Perdición.
Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella (Mt. 7, 13).
-Obscuridad de las tinieblas.
Estos son fuentes secas y nubes llevadas por el huracán, a quienes está reservada la obscuridad de las tinieblas (2 Petr. 2, 17).
...son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la obscuridad de las tinieblas para siempre (Jud. 13).
-Condenación.
El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará (Mc. 16, 16).
-Corrupción.
Pues lo que uno siembre, eso cosechará: el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu cosechará vida eterna (Gál. 6, 7-8).
-Babilonia.
Y un segundo Ángel le siguió diciendo: «Cayó, cayó la Gran Babilonia, la que dio a beber a todas las naciones el vino del furor (Apoc. 14, 8).
Gritó con potente voz diciendo: «¡Cayó, cayó la Gran Babilonia! Se me ha convertido en morada de demonios, en guarida de toda clase de espíritu inmundos, en guarida de toda clase de aves inmundas y detestables (Apoc. 18, 2).
54. Infierno. Penas de daño

-De daño y de sentido
-La de daño consiste en la privación eterna de la visión beatífica
-Secundariamente en la privación de todos los bienes que se siguen a la misma
-Es la misma para todos, pero admite grados
-Es la mayor y más terrible de todas


-Los condenados del infierno padecen dos clases de penas: la de daño y la de sentido.
La pena de daño consiste en la privación de la visión, del gozo y del amor de Dios y todos los demás deleites y premios de la bienaventuranza, y la de sentido en el dolor infligido por instrumentos extrínsecos al condenado.

a) -Pena de daño.
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos,...» (Mt. 25, 41).
b) -Pena de sentido.

...al fuego eterno... (Mt. 25, 41).

-La pena de daño del infierno consiste en la privación eterna de la visión beatífica y de todos los bienes que se siguen de ella.
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41).
E irán éstos a un castigo eterno y los justos a una vida eterna (Mt. 25, 46).
Aclaración. Privación, es decir, no es la carencia de algo indebido al hombre, sino de algo que necesariamente necesita para su felicidad por su propia naturaleza.

-La pena de daño consiste secundariamente en la privación de todos los bienes que se siguen de la visión beatífica.
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno...» (Mt. 25, 41).
Como consecuencia natural de éste «apartaos de mí» los réprobos quedan también privados de los otros bienes que lleva consigo la misma visión beatífica. Los principales son:

1) -exclusión eterna del cielo y por lo tanto de la belleza, claridad, esplendor, magnificencia, amenidad, suavidad y felicidad que allí se contempla, se posee y se goza.

2) -Exclusión de la compañía y familiaridad de Jesucristo, con toda la alegría íntima que su compañía proporciona.

3) -Exclusión de la compañía de la Virgen, de los ángeles, de los santos y de los bienaventurados del cielo, con toda la honda satisfacción que proporciona su presencia.

4) -Privación de la luz con la cual los bienaventurados contemplan:
-la hermosura de las cosas naturales,
-el mundo de los seres posibles,
-la magnificencia de la gloria de los bienaventurados.

5) -Pérdida definitiva de la gracia de Dios, de las virtudes infusas y de los dones del Espíritu Santo.

6) -Privación de la gloria del cuerpo, es decir: de la claridad, agilidad, impasibilidad y sutileza de que disfrutarán eternamente los cuerpos de los bienaventurados.
-La pena de daño es objetivamente la misma para todos los condenados; pero admite diferentes grados de apreciación subjetiva.
Por la dureza y la impenitencia de tu corazón vas atesorando contra ti cólera para el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual dará a cada cual según sus obras, a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad, vida eterna; mas a los rebeldes, indóciles a la verdad y dóciles a la injusticia, cólera e indignación (Rom. 2, 5-8).
En proporción a su jactancia y a su lujo, dadle tormentos y llantos (Apoc. 18, 6-7).
-La pena de daño constituye para el condenado la mayor y más terrible de las penas, en los que tiene de esencial.
Se deduce del versículo siguiente:
No temas, Abraham. Yo soy para ti un escudo. Tu premio será muy grande (Gén. 15, 1). dice Dios al justo.
Aclaración. Dios es el más grande de todos los bienes, y su posesión produce la mayor felicidad para la criatura racional; su pérdida es la más horrible de todas las penas.

55. Infierno. Pena de sentido

-A la de daño se añade la de sentido
-La pena de sentido existe
-Con ella son atormentados todos los réprobos


-A la pena de daño del infierno se añade la pena de sentido que atormenta a las almas de los condenados y atormentará sus mismos cuerpos después de la resurrección universal.
La pena de sentido está claramente afirmada por Cristo en el Evangelio. En él se dice, catorce veces, por lo menos, que en el infierno padecen los condenados el tormentado del fuego.
Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno del fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 49).
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41).
Y gritando dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama» (Lc. 16, 24).
-La pena de sentido existe en el infierno.
Pena de sentido es aquélla por la que el alma y el cuerpo después del juicio final serán atormentados.
...mas te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna (Mt. 5, 29).
...temes más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna (Mt. 10, 28).
Más vale que entres con un sólo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga;... (Mc. 9, 47-48).

-Existe la pena de sentido en el infierno con la cual son atormentados todos los réprobos.
Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apoc. 20, 10).
La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego -este lago de fuego es la muerte segunda- y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego (Apoc. 20, 14-15).
56. Infierno. Pena de sentido - El fuego

-El fuego es el instrumento de las venganzas de Dios
-Simboliza la intervención de Dios para purificar las conciencias
-La pena de sentido consiste principalmente en el tormento del fuego
-Hay fuego en el infierno
-Es eterno
-Nada se sabe de su naturaleza
-No es metafórico, sino real


-El fuego es el instrumento de las venganzas de Dios.
¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El Señor Omnipotente les dará el castigo en el día del Juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos, y gemirán en dolor eternamente (Jdt. 16, 17).
Yahvéh, alzada está tu mano, pero no la ven; verán tu celo por el pueblo y se avergonzarán, tu ira ardiente devorará a tus adversarios (Is. 26, 11).
Y en saliendo, verán los cadáveres de aquellos que se revelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará, y serán el asco de toda carne (Is. 66, 24).
Humilla hondamente tu alma, que el castigo del impío es fuego y gusanos (Is. 7, 17).
Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el Día de la ira de Yahvéh, cuando por el fuego de su celo la tierra entera sea devorada (So. 1, 18).
Si alguien pretendiere hacerles mal, saldría fuego de su boca y devoraría a sus enemigos; si alguien pretendiere hacerles mal, así tendría que morir (Apoc. 11, 5).

-El fuego simboliza en el Antiguo Testamento la intervención soberana de Dios y de su Espíritu para purificar las conciencias.
«Yo meteré en el fuego este tercio: los purgaré como se purga la plata y los probaré como se prueba el oro (Zac. 13, 9).
Porque es él como fuego de fundidor y como lejía de lavandero. Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata;... (Mal. 3, 3).

-La pena de sentido consiste principalmente en el tormento del fuego.
La existencia del fuego consta en múltiples lugares de la Sagrada Escritura:
«...y los echarán en el horno del fuego» (Mt. 13, 49).
«Apartaos de mí, malditos al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles» (Mt. 25, 41).
«...estoy atormentado en esta llama» (Lc. 16, 24).

Aclaración. Este fuego es algo exterior, objetivo y real que existe fuera del condenado.

-Hay fuego en el infierno.
¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El señor Omnipotente les dará el castigo en el día del juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos y gemirán en dolor eternamente (Jdt. 16, 17).
¡Llueva sobre los impíos brasas y azufre, y un viento abrasador por porción de su copa! (Sal. 11, 6).
Humilla hondamente tu alma, que el castigo del impío es fuego y gusanos (Si. 7, 17).
¿Quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas? (Is. 33, 14).
En saliendo verán los cadáveres de aquéllos que se revelaron contra mí; su gusano no morirá y su fuego no se apagará (Is. 66, 24).
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles que recogerán de su Reino todos escándalos y a los agentes de iniquidad y los arrojarán en el horno de fuego (Mt. 13, 41-42).
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles...» (Mt. 25, 41).
Y gritando dijo: Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 24).
Los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda (Apoc. 21, 8).
Aclaración. Que es fuego real y no metafórico se deduce claramente del uso de la palabra, que especialmente en la sentencia del juicio final, no es de suponer que el Redentor use este término en sentido metafórico en una sentencia tan solemne, universal y definitiva.

-En el infierno hay fuego que es eterno, situado en lugar distinto de este mundo y distinto y extrínseco al condenado.

-Predicación del Bautista:
Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego (Mt. 3, 10).
-En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará con fuego que no se apaga» (Mt. 3, 12)
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-Cristo en la parábola de la cizaña:
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego (Mt. 13, 41-43).

-Cristo a la muchedumbre de las bienaventuranzas:
...todo el que llame a su hermano «imbécil» será reo ante el Sanedrín, y el que le llame «renegado» será reo de la gehenna de fuego (Mt. 5, 22).
-Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego (Mt. 7, 19).
-Cristo en otras ocasiones:
-Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres Manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga (Mc. 9, 43).
-Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna (Mc. 9, 45).
-Y su tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un sólo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga (Mc. 9, 47-48).
-...pero el día en que salió Lot de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucederá el Día en que el Hijo del hombre se manifieste (Lc. 17, 29).
Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden (Jn. 15, 6).
-Apocalipsis:
-Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apoc. 20, 10).
-...los dos fueron arrojados vivos al lago del fuego que arde con azufre (Apoc. 19, 20).
-La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego -este lago de fuego es la muerte segunda- y el que no halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego (Apoc. 20, 14-15).
Aclaración. En caso todas estas expresiones la palabra fuego denota el término de un desplazamiento, precisamente porque todos los verbos usados indican movimiento, como son: ir, echar, arrojar.
En Mt. 13, 43, se habla de el horno de fuego.
En el Apocalipsis, 20, 10; 19, 20 y 20, 15, se habla de lago de fuego.
En ambos parece designar un lugar en donde este fuego existe y está ubicado.
De todo ello parece deducirse:
a) -Que el fuego del infierno está situados en un lugar distinto de este mundo.
b) -Que el fuego del infierno es algo distinto y extrínseco al condenado.

-Nada se puede asegurar acerca de la naturaleza del fuego del infierno.
No consta en la Sagrada Escritura.

-El fuego del infierno no es metafórico, sino verdadero y real.
No se trata de una mera apreciación intelectual del condenado, sino de algo extrínseco al mismo.
«Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno...» (Mt. 25, 41).
Aclaración. La palabra FUEGO la emplea Cristo como Juez Supremo para expresar la misma fórmula decisiva de la condenación. No parece que, en ocasión tan solemne y decisiva para los destinos de toda la humanidad, vaya a emplear la palabra FUEGO metafóricamente, sino más bien de modo real. El lenguaje judicial exige tal grado de claridad que no se preste a falsas interpretaciones.
Más vale que entren manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga (Mc. 9, 43).
Aclaración. Jesucristo atribuye al fuego el suplicio de las almas y de los cuerpos.
...si condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas, poniéndolas como ejemplo para los que en el futuro vivirían impíamente;... (2 Pe. 2, 6).
Aclaraciones. Pedro propone el fuego del Cielo llovido sobre Sodoma y Gomorra como tipo de los castigos ultraterrenos. Por tanto, la interpretación metafórica va contra el sentido obvio de los textos de la Sagrada Escritura.

57. Infierno. Pena de sentido - El fuego: sus efectos

-El que atormenta al diablo y a sus ángeles es el mismo que el que atormenta a los hombres condenados
-Quema para siempre lo que no ha sido purificado
-Atormenta a los cuerpos y a las almas
-No a modo de cremación sino de aprisionamiento
-Y por aplicación de cada sentido
-Actúa a modo de casualidad instrumental física, no moral
-No consume, sino que atormenta y los conserva en su ser


-El fuego del infierno que atormenta al diablo y a sus ángeles es el mismo que el que atormenta a los hombres condenados.
Se deduce claramente de la misma sentencia de condenación.
Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41).
Aclaración. el fuego a donde se destinan los hombres condenados es el mismo que el que ya estaba preparado para los ángeles rebeldes.

-El fuego del infierno quema para siempre lo que no ha sido purificado.
¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El Señor Omnipotente les dará el castigo en el día del juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos y gemirán en dolor eternamente (Jdt. 16, 17).
...harás de ellos como un horno de fuego, el día de tu rostro; Yahvéh los tragará en su cólera, y el fuego los devorará (Sal. 21, 10).
Humilla hondamente tu alma, que el castigo del impío es fuego y gusanos (Si. 7, 17).
Y en saliendo, verán todos los cadáveres de aquéllos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará, y serán el asco de toda carne (Is. 66, 24).
Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el Día de la Ira de Yahvéh, cuando por el fuego de su celo la tierra entera sea devorada (Sof. 1, 18).
-El fuego del infierno atormenta no solamente a los cuerpos sino también a las almas de los condenados.

a) -Que atormenta los cuerpos:
Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y gritando dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 24).
b) -Que atormenta a los espíritus:
«Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles» (Mt. 25, 41).
-La acción del fuego sobre las almas de los condenados, no es a modo de cremación, sino de aprisionamiento, reteniéndoles en un determinado lugar.

Estas afirmaciones no están deducidas claramente de la Sagrada Escritura, pero sí las dan a entender los siguientes textos:
Fuese Rafael a su alcance, le ató de pies y manos y en un instante le encarceló (Tob. 8, 3).
...serán amontonados en montón los prisioneros en el pozo, será encerrados en la cárcel... (Is. 24, 21).
...Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio... (2 Petr. 2, 4).
...los ángeles que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas... (Jud. 6).
...la arrojó al Abismo (a la Serpiente antigua que es el Diablo y Satanás), la encerró y puso encima los sellos para que no sedujera más a las naciones... (Apoc. 20, 3).
Aclaraciones. Este aprisionamiento afecta al entendimiento y a la voluntad, más que a la sustancia del espíritu. transtorna el entendimiento impidiéndole pensar nada distinto de su propia desgracia y la voluntad impidiéndole obrar donde quiera y como quiera (Sto. Tomás y Escoto).

Los condenados conciben y padecen un tremendo horror al fuego (S. Buenaventura).

-La acción de fuego sobre los cuerpos resucitados de los réprobos será por la aplicación de su calor y del objeto de cada sentido a cada uno de los mismos.


El objeto de cada sentido es el ser capaz de ser percibido por cada uno de ellos.
No está claramente expresada en la Sagrada Escritura, pero la dan a entender los textos siguientes:
Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y gritando, dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua porque estoy atormentado en esta llama» (Lc. 16, 24).
Aclaraciones: Refrescar la lengua, que expresa el sentido del gusto, es el alivio que pide opuesto al tormento que padece que es el ardor producido por el fuego.

Por semejanza con el sentido del gusto, se podría afirmar lo mismo de la aplicación del fuego sobre los otros sentidos corporales, que se deduce de algunos textos sagrados:

a) -Vista y oído: 
Pues ni el escondrijo que les protegía les librará del miedo; que también allí resonaban ruidos escalofriantes y se aparecían espectros sombríos de lúgubre aspecto (Sab. 17, 4).
b) -Olfato: 
Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre,... (Apoc. 20, 21).
c) -Tacto:
¿Quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas? (Is. 33, 14).
-El fuego del infierno actúa a modo de causalidad instrumental física, no moral.

Causalidad instrumental física es la que obra por virtud o fuerza del agente que actúa.
Causalidad instrumental moral es la que actúa por el impulso o influjo que el hace obrar del modo deseado.
...pero la paja la quemará con fuego que no se apaga (Mt. 3, 12).
...saldrán los ángeles, separaran a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego;... (Mt. 13, 49-50).
...porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 24).
Aclaración. La causalidad instrumental física armoniza con los textos expuestos y otros semejantes, de los cuales se deduce cómo el fuego actúa por su propia virtud o fuerza causante del dolor.

-El fuego del infierno no consume a los condenados, sino que los atormenta y los conserva, a la vez, en su ser.

...pues todos han de ser salados con fuego (Mc. 9, 49).

Aclaración. El fuego que sala se entiende del castigo que atormenta a los condenados conservándoles la existencia en su mismo ser.

La sal evita la descomposición o corrupción de la sustancia.
Sazonarás con sal toda oblación que ofrezcas; en ninguna de tus oblaciones permitirás que falte nunca sal de la alianza con tu Dios (Lev. 2, 13).
Aclaración. Para que la oblación quede purificada y permanezca conservada.

Él dijo: «Traedme una olla nueva y poned sal en ella.» Y se la trajeron. Fue al manantial de las aguas, arrojó en él la sal y dijo: «Así dice Yahvéh: Yo te he saneado estas aguas; ya no habrá en ellas muerte ni esterilidad» (2 Reg. 2, 20-22).
Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? (Mt. 5, 13).

58. Infierno. Pena de sentido. Tormentos internos

-Además de la pena de daño y de sentido padecen: los tormentos internos de las tinieblas, del llanto, del rechinar de dientes, del gusano roedor de la conciencia, del hambre, de la sed y de la pena del Talión
-Además de la pena de daño y de sentido, los condenados del infierno padecen los tormentos internos de las tinieblas, del llanto, del rechinar de dientes, del gusano roedor de la conciencia, del hambre, de la sed y de la pena del Talión.


a) -Las tinieblas.
Son la misma carencia de claridad saciativa producida en el entendimiento creado para no poder contemplar a Dios como verdad única e infalible.
Apártate de mí para gozar de un poco de consuelo, antes que me vaya, para ya no volver, a la tierra de tinieblas y de sombra, tierra de oscuridad y de desorden, donde la misma claridad es como la calígine (Job 10, 20-22).
Que su alma que en vida él bendecía -te alaban, porque te has tratado bien-, irá a unirse a la estirpe de sus padres, que nunca ya verán la luz (Sal. 49, 19-20).
...mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera;... (Mt. 8, 12).
Entonces el rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera;... (Mt. 22, 13).
Éstos son fuentes secas y nubes llevadas por el huracán, a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas (2 Pe. 2, 17).
¡Ay de ellos!, porque se han ido por el camino de Caín...son nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de otoño sin frutos, dos ves muertos, arrancados de raíz; son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre (Jud. 13).
Aclaración. Las tinieblas están como mezcladas con la claridad de luz necesaria para ver los motivos personales por los cuales son atormentados.

b) -El llanto.
No se trata de la secreción lacrimal, puesto que el cuerpo humano no segregará ninguna clase de humores después de la resurrección final de la carne, sino de un estado habitual de aflicción y de sentimiento profundísimos producidos por la plena advertencia y valoración del BIEN INFINITO -DIOS- a quien han perdido para siempre y de los medios que despreciaron para haberlo podido ganar y disfrutar para siempre.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 41).
c) -Rechinar de dientes.
Es un estado permanente de rabia por la desesperación de no poder poseer nunca el bien infinito despreciado y perdido por los pecados propios.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 41).
Entonces el Rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt. 22, 13).
 d) -El gusano roedor de la conciencia.
Es el mismo remordimiento de conciencia producido por la clarividencia de la malicia de los pecados cometidos y de la eficacia de los remedios instituidos por Cristo para redimirle de todos ellos. Se llama gusano en cuanto que procede de la podredumbre del pecado y aflige el alma, como el gusano corporal, nacido de la putrefacción, corroe el cadáver.
¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El Señor omnipotente les dará el castigo en el día del juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos y gemirán en dolor eternamente (Jdt. 16, 17).
Humilla hondamente tu alma, que el castigo del impío es fuego y gusanos (Si. 7, 17).
Y en saliendo, verán los cadáveres de aquéllos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará y serán el asco de toda carne (Is. 66, 24).
...la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga (Mc. 9, 47-48).
e) -El hambre.
Es un deseo intenso y permanente de poseer, de ver y de gozar de la vista de Dios, sin esperanza de poder saciarlo jamás.
¡ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre (Lc. 6, 25).

f) -La sed.
Es el sufrimiento opuesto al placer que proporcionaron a los cinco sentidos corporales, los desórdenes pecaminosos que causaron la condenación.
Y, gritando, dijo: «Padre Abraham, te compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama» (Lc. 16, 24).
g) -La pena del talión.
Es la que impone un castigo igual a la ofensa.
Si alguno causa un lesión a su prójimo, como él hizo así se le hará: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente, se le dará la misma lesión que él haya causado a otro (Lev. 24, 19).
Los condenados del infierno la padecen: En proporción a su jactancia y a su lujo, dadle tormentos y llantos (Apoc. 18, 7).

59. Infierno. Pena de sentido. Tormentos externos

- Padecen también el lugar, la compañía de los ángeles y hombres condenados, la inmovilidad, las tinieblas exteriores
Los condenados de infierno padecen también los tormentos externos del lugar, de la compañía de los ángeles y hombres condenados, de la inmovilidad, las tinieblas exteriores y de los sentidos corporales.

a) -El lugar.
...gehenna de fuego (Mt. 5, 22).
...tinieblas de fuera; (Mt. 8, 12).
...horno de fuego; (Mt. 13, 42).
...fuego que no se apaga (Mc. 9, 43).
...lugar de tormento (Lc. 16, 28).
...lago de fuego,... (Apoc. 20, 15).
...lago que arde con fuego y azufre... (Apoc. 21, 8).
b) -La compañía de los ángeles y hombre condenados.
-De los ángeles.
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles...» (Mt. 25, 41).
-De los hombres condenados.
...los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda (Apoc. 21, 8).
Aclaración. La muchedumbre de los condenados han sido las gentes más perversas que han habitado la tierra, la hez y la podredumbre de la humanidad no cambian de actitud con respecto de los vicios, pues no pueden tener arrepentimiento posible y producen el ambiente más abyecto y la convivencia más desagradable y horrible que se puede imaginar.

c) -La inmovilidad.
Es la imposibilidad de desplazamiento físico liberador de aquellas penas y carencia absoluta de libertad moral.
...serán amontonados en montón los prisioneros en el pozo, serán encerrados en la cárcel,... (Is. 24, 22).
Y al tiempo de la siega dirá a los segadores: «Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla,... (Mt. 13, 30).
Entonces el Rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera;... (Mt. 22, 13).
d) -Las tinieblas exteriores.
Son la exclusión de la misma gloria iluminada por la luz infinita que es el mismo Dios.
Entonces el Rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera (Mt. 22, 13).
Estos son fuentes secas y nubes llevadas por el huracán , a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas (2 Pe. 2, 17).
¡Ay de ellos!, porque se ha ido por el camino de Caín,...son nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de otoño sin frutos, dos veces muertos, arrancados de raíz; son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre (Jud. 11-13).
Mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera (Mt. 8, 12).
Y a ese siervo inútil echadle a las tinieblas de fuera (Mt. 25, 30).
Aclaración. Las tinieblas exteriores son todo lo contrario de la ciudad celestial iluminada por el mismo Dios.
Ya no habrá noche; no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos (Apoc. 22, 5).
60. Infierno. Otros tormentos

-Sentirse desterrados
-Su lenguaje consiste en la expresión de tormentos continuos
-Sienten un furor rabioso
-Permanecen en un estado continuo de desesperación
-Ven entristecidos los vicios que les indujeron al pecado
-Padecen la pena de estar muriendo sin morir
-Maldicen el Día de su nacimiento


-Los condenados sufren profundamente la pena de sentirse desterrados de su verdadero destino.
Así parece deducirse de los siguientes textos:
El destierro es lugar de exclusión definitiva del cielo para el que han sido creados.
Apártate de mí, para gozar de un poco de consuelo, antes que me vaya, para ya no volver, a la tierra de tinieblas y sombra,... (Job 10, 20-21).
El Hijo del hombre enviará sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego (Mt. 13, 41).
Pero la Bestia fue capturada, y con ella el falso profeta...los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre (Apoc. 19, 20).
Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apoc. 20, 10).
-El lenguaje de los condenados del infierno consiste en la expresión de lamentos continuos brotados de su mismo estado de consternación, espanto y estupefacción.
Se dirán, mudando de parecer, gimiendo con el espíritu angustiado:
«Este es aquel de quien entonces nos burlábamos, a quien ultrajamos, insensatos, con nuestros sarcasmos. Locura nos pareció su vida y su muerte ignominia. ¿Cómo, pues, es contado entre los hijos de Dios participa en la herencia de los santos? Luego equivocamos el camino de la verdad; la luz de la justicia no nos alumbró, no salió el sol para nosotros. Nos hartamos de andar por sendas de impiedad y perdición, atravesamos desiertos intransitables; pero el camino del Señor, no lo conocimos. ¿De qué nos sirvió nuestro orgullo? ¿De qué la riqueza y la jactancia? Todo aquello pasó como una sombra, como noticia que va corriendo; como nave que rompe el mar agitado, y no es posible descubrir la huella de su paso ni la estela de su quilla en las olas; como pájaro que volando atraviesa el aire, y de su vuelo no se encuentra vestigio alguno; moviendo sus remos golpea el aire ligero, lo corta con agudo silbido, se abre camino batiendo las alas y después, no se descubre señal de su paso; como flecha disparada al blanco; el aire hendido refluye al instante sobre sí y no se sabe el camino que la flecha siguió. Lo mismo nosotros: apenas nacidos, dejamos de existir, y no podemos mostrar vestigio alguno de virtud; nos consumimos en nuestra maldad (Sab. 5, 3-14).
-Los condenados sienten un furor rabioso causado por desear el bien que nunca lograrán y por odiar el mal del que nunca se librarán.
Consta con bastante claridad en el siguiente texto:
Lo ve el impío y se enfurece, rechinan sus dientes y se consume. El afán de los impíos se pierde (Sal. 112, 10).
Aclaración. Los condenados del infierno conocen perfectamente la felicidad de los justos en la bienaventuranza eterna.

-Los condenados permanecen en un estado continuo y eterno de desesperación.
Desesperación es la carencia de esperanza de recuperar los bienes perdidos.
¿Para qué dar la luz...a los que ansían la muerte que no llega...? (Job 3, 20-21).
n aquellos días, buscarán los hombres la muerte y no la encontrarán; desearán morir y la muerte huirá de ellos (Apoc. 9, 6).
Aclaración. Buscar, desear y ansiar la muerte es el efecto normal de un estado de desesperación.

-Los condenados del infierno ven, profundamente entristecidos, su paso por este mundo y los vicios que les indujeron al pecado como sombras veloces que pasaron sin rastro ninguno de virtud.
Los impíos dirán el día del Juicio: «¿De qué nos sirvió nuestro orgullo? ¿De qué la riqueza y la jactancia? Todo aquello pasó como una sombra, como noticia que va corriendo; como nave que rompe el mar agitado, y no es posible descubrir la huella de su paso ni la estela de su quilla en las olas; como pájaro que volando atraviesa el aire, y de su vuelo no se encuentra vestigio alguno; moviendo sus remos golpea el aire ligero, lo corta con agudo silbido, se abre camino batiendo las alas y después, no se descubre señal de su paso; como flecha disparada al blanco; al aire hendido refluye al instante sobre sí y no se sabe el camino que la flecha siguió. Lo mismo nosotros: apenas nacidos, dejamos de existir y n podemos mostrar vestigio alguno de virtud; nos consumimos en nuestra maldad» (Sab. 5, 8-13).
La Vulgata añade: «He aquí lo que los pecadores dicen en el infierno» (Sab. 5, 14).
-Los condenados del infierno padecen la pena de «estar muriendo sin morir.»
Sólo hay una simple alusión en el libro del Apocalipsis.
La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego... (Apoc. 20, 14).
Aclaración. Después del Juicio Final, también la muerte será reducida a la impotencia.

-Los condenados del infierno experimentan un sentimiento de maldición del Día desdichado de su nacimiento y de su suerte desastrosa.
 No hay textos de la Escritura que entrañen esta afirmación directamente, pero sí una aplicación del siguiente versículo del libro del Job:
 Tomó Job la palabra y dijo: ¡Perezca el día en que nací y la noche que dijo: «Un varón ha sido concebido!» (Job 3, 2-3).
61. Infierno. Intensidad de las penas

-Los condenados son castigados menos de lo que merecen en virtud de la misericordia de Dios
-La intensidad de las penas queda interpretada por los sufrimientos tan horrendos de la Pasión de Jesucristo
-La intensidad es desigual para cada condenado, por ser proporcionadas al número y gravedad de sus pecados
-La intensidad será proporcionada al deleite pecaminoso de cada sentido corporal


-Probablemente, los castigados del infierno son castigados menos de lo que merecen, en virtud de la misericordia de Dios.
Mas en tu inmensa ternura no los acabaste, no les abandonaste, porque eres tu Dios clemente y lleno de ternura (Neh. 9, 31).
Clemente y compasivo Yahvéh, tardo a la cólera y lleno de amor, no se querella eternamente ni para siempre guarda su rencor; no nos trata según nuestro pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas (Sal. 103, 8-10).
Bueno Yahvéh para con todos y sus ternuras sobre todas sus obras (Sal. 145, 9).
Él es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se allana ante la desgracia (Joel 13-13).

Nota. Aunque el texto primero tiene más fuerza probativa, los demás sin embargo, tienen menos. Por eso no se trata de un verdad de fe cierta ni claramente revelada.

-La intensidad de las penas del infierno queda interpretada por los sufrimientos tan horrendos de la Pasión de Jesucristo.
Hay un expresión muy clara en el texto sagrado. Porque, él en el leño verde hace esto, en el seco ¿qué se hará? (Lc. 23, 31).
Aclaración. Si se quema el leño verde que no se de-bería de quemar -alusión al suplicio de Jesús- ¿qué no se hará con el leño seco -los culpables verdaderos-?

-Las penas del infierno son desiguales para cada condenado por ser proporcionadas según el número y la gravedad de los pecados cometidos.
Por la dureza y la impenitencia de tu corazón vas atesorando contra ti cólera para el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios el cual dará a cada cual según sus obras (Rom. 2, 5-6).
Que tú al hombre pagas con arreglo a sus obras (Sal. 63, 13).
Dales, Yahvéh, conforme a sus acciones y a la malicia de sus hechos, según la obra de sus manos trátales, págales con su misma moneda (Sal. 28, 4).
Que la obra del hombre él se la paga, y trata a cada uno según su conducta (Job 34, 11).
En proporción a su jactancia y a su lujo, dadle tormentos y llantos (Apoc. 18, 7).
-Los condenados del infierno padecerán unos tormentos proporcionados en aquellos sentidos corporales que más sintieron los deleites pecaminosos voluntaria y libremente y, por tanto, que más ofendieron a Dios.
No se encuentran en la Sagrada Escritura expresiones en que fundamentar sólidamente resta verdad, pero hay ciertas alusiones que permiten afirmarla sin grave temor ni peligro de errar.

a) -Alusión general a todos los sentidos corporales.

...para que aprendiesen que, por donde uno peca, por allí es castigado (Sab. 11, 16).
b) -Alusiones a cada sentido.
-Vista.
Será atormentada viendo continuamente a todos los condenados, todos enemigos de sí y todos enemigos unos de otros. Un conjunto inmenso formado por la más execrable de la sociedad.
Se aprecian espectros sombríos de lúgubre aspecto (Sab. 17, 4).
-Oído.
Sufrirán al percibir continuamente los sentimientos más penosos de toda aquella muchedumbre numerosísima, que los comunicarán a los demás.
De fraude y perfidia está llena su boca, bajo su lengua sólo malicia e iniquidad (Sal. 10, 7).
Que allí también resonaban ruidos escalofriantes (Sab. 17, 4).
Que no hay en su boca lealtad, en su interior, tan sólo subversión; sepulcro abierto es su garganta, melosa muévese su lengua (Sal. 5, 10).
Aguzan su lengua igual que una serpiente, veneno de víbora hay bajo sus labios (Sal. 140, 4).
Sepulcro abierto es su garganta, con su lengua urden engaños. Veneno de áspides bajo sus labios; maldición amarga rebosa su boca (Rom. 3, 13-14).
-Olfato.
Parece que este sentido será atormentado con el olor del azufre, elementos así denominado que aparece muchas veces en los textos sagrados.
...llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucederá el Día en el que el Hijo del hombre se manifieste (Lc. 17, 29).
y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre... (Apoc. 20, 10).
...los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre (Apoc. 19, 20).
-Gusto.
Por eso dice así Yahvéh Sebaot, el Dios de Israel: He aquí que voy a dar de comer a este pueblo ajenjo y le voy a dar de beber agua emponzoñada (Jer. 9, 14).
Estando en el Hades, el Rico Epulón dijo a Abraham: «Padre Abraham, ten compasión de mi y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 24).
Aclaración. Le fue negada en castigo a sus pecados de gula.
...celebrada todos los días espléndidos fiestas... (Lc. 16, 19).
-Tacto.
El mismo contacto del fuego con el condenado, parece atormentará de modo especial su propio cuerpo.
¿Quién de nosotros podrá habitar con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas? (Is. 33, 14).
62. Infierno. Tormentos derivados de sus relaciones con los demás

-Odian a Dios en cuanto que les castiga por sus pecados
-Padecen la falta de compresión, de consuelo y de cariño de nadie
-Comunican entre sí pero no pueden compartir sus padecimientos
-Permanecen consternados al comprobar la salvación eterna de los justos
-Pueden dialogar con los bienaventurados pero no para compartir sus tormentos ni para percibir su ayuda
-Desean la condenación de todos los hombres


-Los condenados odian a Dios, pero no en sí mismo, sino en cuanto que les castiga por sus pecados.
¡Alzate, oh Dios, a defender tu causa, acuérdate del medio que te provoca todo el día! ¡No olvides el griterío de tus adversarios, el clamor de tus agresores que crece sin cesar! (Sal. 74, 22-23).
Aclaración. El afecto del hombre se mueve por el bien o por el mal aprehendido. Dios puede aprehenderse de dos modos; en sí mismo o en sus defectos. En sí mismo, Dios no puede desagradar a nadie porque es la misma bondad en esencia. En sus efectos sí, en cuanto que pueden contrariar nuestra propia voluntad. A Dios no le odia nadie, porque es el bien infinito, y el bien es siempre el objeto del amor. Los condenados sufren los efectos y castigos de sus pecados de acuerdo con la justicia vindicativa de Dios, por tanto, odian también las penas que padecen.

-Los condenados del infierno permanecen siempre sumergidos en la carencia de comprensión, de consuelo y de cariño de parte de nadie, ni de Dios, ni de la Virgen, ni de los ángeles ni de los bienaventurados del cielo.
Se alegrará el justo de haber visto la Venganza (Sal. 58, 11).
Aclaración. Venganza, en lenguaje bíblico, no es el castigo de una ofensa, sino el restablecimiento de la justicia. Los justos en el cielo se alegrarán, no del mal que padecen los condenados, sino de ver restablecida y cumplida la justicia y predomina mucho más en ellos el gozo de que la justicia sea restablecida y cumplida, que el sentimiento o conmiseración de los sufrimientos de los condenados, que quedan como desvanecidos de las mentes de los bienaventurados ante el resplandor que les ilumina el mismo cumplimiento y aplicación de la justicia de Dios.

-Los condenados de infierno pueden hablar entre sí, pero nunca para poder disminuir ni compartir las aflicciones y padecimientos profundos en que están sumergidos, porque permanecen continuamente con el espíritu angustiado.
Se dirán mudando de parecer, gimiendo con el espíritu angustiado:... (Sab. 5, 3).
Aclaración. Expresa el estado de aflicción interior que se comunicarán unos condenados a otros el día del juicio final, y su permanencia en este estado por toda la eternidad.

-Los condenados del infierno permanecen con unos sentimientos de consternación, sobrecogimiento de espanto y estupefacción, al comprobar la salvación eterna de los justos que ellos ni esperaban ni creían.
Entonces el justo se mantendrá en pie con plena seguridad en presencia de los que le afligieron y despreciaron sus sufrimientos. Al verle, quedarán consternados, sobrecogidos de espanto, estupefactos por los inesperado de su salvación (Sab. 5, 1-2).
Aclaración. Estos sentimientos los poseerán y expresarán los condenados el día del juicio final y los conservarán por toda la eternidad.

-Los condenados del infierno y los bienaventurados del cielo pueden entablar diálogo entre sí, por locución intelectual propia de los espíritus, pero ni a los condenados les podrá servir jamás para aliviar ni compartir sus tristezas, remordimientos, rabia, desesperación y demás tormentos; ni a los bienaventurados para poder interceder en su ayuda y experimentar así el gozo del poderles confortar.
Es una deducción clara del diálogo sostenido entre el rico Epulón y Abraham.
Estando -el rico Epulón- en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a los lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.» Pero Abraham le dijo: «Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males; ahora pues, él es aquí consolado y tú atormentado» (Lc. 16, 23-25).
-Los condenados desean la condenación de todos los hombres.
Precisamente se deduce de un texto que parece indicar todo lo contrario:
Diálogo del Rico Epulón con Abraham: Replicó (el Rico Epulón): Con todo, te ruego, padre, que le envíes a casa de mi padre, porque tengo 5 hermanos, para que les avise, y no vengan también ellos a este lugar de tormento.
Díjole Abraham: Tiene a Moisés y a los profetas, ¡que les oigan! (Luc. 16, 27-29).
Aclaraciones. No hay que tomar los detalles al pie de la letra sino sólo el fondo sustancial de los mismos.

El Señor quiere enseñarnos que los ricos que usan mal de sus riquezas se condenan y los pobres que llevan su pena con conformidad cristiana, se salvan. Que los ricos no tienen que esperar mensaje ninguno del otro mundo para recordarles las penas que les esperan en el infierno si usan mal de sus riquezas.

Por tanto: Los condenados odian a todos y a todos les desean la condenación.

63. Infierno. Características de las penas

-Los condenados no pueden cambiar jamás de destino
-No pueden contraer nuevas culpas por las cuales merezcan nuevas penas
-Su castigo no procede de la voluntad de Dios, sino de los pecados que cometieron
-Las penas son continuas sin interrupción e invariables sin disminución
-Hay una pena específica para castigar las distintas especies de pecados
-Las penas del infierno son eternas


-Los condenados del infierno no pueden jamás cambiar de destino.
Sucedió pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a los lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno (Lc. 16, 22).
...Abraham le dijo (al rico): «entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros» (Lc. 16, 26).
Aclaración. El abismo simboliza la imposibilidad de cambiar de destino.

-Los demonios no pueden contraer nuevas culpas por las cuales merezcan nuevas penas.
Entonces Yahvéh Dios dijo a la serpiente: Por haber hecho esto maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás y polvo comerás todos los días de tu vida.
Enemistad pondré entre ti y la mujer y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar (Gén. 3, 14-15).
Aclaración. El oficio de los demonios es arrastrar a otros al pecado y a la condenación, pero no así el de los condenados. Por tanto, éstos no pueden contraer otras culpas por las cuales merezcan nuevas penas.

-El castigo de los malvados no procede de la voluntad de Dios, sino de las obras malas que realizaron.
El malvado será presas de sus propiedades maldades, con los lazos de su pecado se le capturará (Prov. 5, 22).
Morirá por su falta de instrucción, por su gran necedad se perderá (Prov. 5, 23).
Irán acobardados a dar cuenta de sus pecados y sus iniquidades se levantarán contra ellos para acusarles (Sab. 4, 20).
Luego equivocamos el camino de la verdad;... (Sab. 5, 6).

-Las penas del infierno son continuas sin interrupción e invariables sin disminución.

a) -Continuas sin interrupción.
Y, gritando, dijo: «Padre, Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama» (Lc. 16, 24).
Aclaración. Así se deduce en el Rico Avariento a quien Abraham negó tan pequeño refrigerio como era tocarle la lengua con el dedo mojado en agua.

b) -Invariables sin disminución.
Si las nubes van llenas, vierten lluvia sobre la tierra, y caiga el árbol al sur o al norte, donde cae el árbol allí se queda (Qo. 11, 3).
Y, gritando, dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.» Pero Abraham le dijo: «Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado...» (Lc. 16, 24-25).
Aclaración. Al rico Epulón le fue negada una gota de agua para mitigar sus penas. Además si nunca ha de disminuir la culpa de los condenados, justos es que nunca disminuya la pena.

-En el infierno hay una pena especifica para castigar de distinta manera, las distintas especies de pecados. 
...les enviaste en castigo muchedumbre de animales sin razón, para que aprendiesen que, por donde uno peca, por allí es castigado (Sab. 11, 15-16).
Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino y celebraba todos los días espléndidos fiestas. Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico...Sucedió pues que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham, murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a los lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y gritando, dijo: Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 19-24).

Cristo establece una relación entre el tormento de la sed y el pecado de la gula a que se entregó el Rico Epulón.

-Las penas del infierno son eternas.
Eterno, es decir, que su permanencia en el ser carece de fin; o bien, que no terminarán jamás.
Y en saliendo, verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá su fuego no se apagará, y serán asco de toda carne (Is. 66, 24).
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41). ...y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen el Evangelio de nuestro Señor Jesús. Estos sufrirán la pena de una ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,... (2 Tes. 1, 8-9).
Aclaración. Las penas eternas no repugnan a la bondad de Dios, porque ha proporcionado a todos los hombres una redención universal, gratuita y misericordiosa cuyos efectos salvíficos rechazaron voluntaria, libre y advertidamente los condenados, por obstinación en su actitud de pecado durante su vida y en el momento decisivo de su muerte. Tampoco repugnan a su sabiduría infinita, porque el hombre ha sido creado para dar gloria a Dios e igualmente se la tributan los bienaventurados que son salvados por su misericordia que los condenados que lo son por su justicia.

64. Infierno. Psicología de los condenados

-No alaban a Dios, ni le agradecen sus beneficios, ni confían en su fidelidad ni conocen su misericordia ni sus demás atributos
-Paceden penas especiales en cada potencia del alma
-Predominan recuerdos, reflexiones y deseos horrendos en las facultades de sus almas al considerar el trance espantoso e irremediable en que se encuentran


-Los condenados del infierno no alaban a Dios, ni le agradecen sus beneficios; ni confían en su fidelidad, ni conocen su misericordia ni sus demás atributos.
No son conclusiones ciertas sino deducciones posibles. Porque, en la muerte, nadie de ti se acuerda; en el seol, ¿quién te puede alabar? (Sal. 6, 6).
¿Acaso para los muertos haces maravillas, o las sombras se alzan a alabarte? ¿Se habla en la tumba de tu amor, de tu lealtad en el lugar de perdición? Se conocen en las tinieblas tus maravillas, o tu justicia en la tierra del olvido? (Sal. 88, 11-13).
¿Quién en el seol alabará al Altísimo en vez de los vivientes que debían darle gloria? (Si. 17, 27).
Que el Seol no te alaba ni la Muerte te glorifica, ni los que bajan al pozo esperan en tu fidelidad (Is. 38, 18).
...abre, Señor, tus ojos y mira que no son los muertos en el seol, aquellos cuyo espíritu fue arrancado de sus entrañas, los que dan gloria y justicia al Señor,... (Bar. 2, 17).
-Los condenados del infierno padecen penas especiales en las potencias del alma.

a) -En su memoria.
Pero Abraham le dijo (al rico epulón): «Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males: ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado (Lc. 16, 25).
b) -En su entendimiento.
Más vale que entres con un sólo ojo en el Reino de dios que, con los ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; pues todos han de ser salados con fuego (Mc. 9, 47-49).
Aclaración. El «gusano que no muere» es el remordimiento continuo y sin fin de la conciencia, al comprender el bien perdido en el Reino de Dios, por causa de los pecados cometidos en este mundo.

c) -En su voluntad.
En aquellos días, buscarán los hombres la muerte y no la encontrarán; desearán morir y la muerte huirá de ellos (Apoc. 9, 6).
-Ciertos recuerdos, reflexiones y deseos profundos, específicos y horrendos predominan en las facultades del alma de cada condenado, como consecuencia de estar considerando continuamente el trance espantoso e irremediable en que se encuentran.

a) -Recuerdan los males que hicieron que les atormentan.
Abraham le dijo al Rico Epulón estando en el Hades: «Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado...» (Lc. 16, 25).
Aclaraciones. El Diálogo de Abraham y del Rico Epulón no es histórico, sin embargo es profundamente doctrinal. De él se deduce que los condenados conservan las especies inteligibles de las acciones que realizaron en esta vida y, por eso, recuerdan claramente los pecados que cometieron en este mundo.

-No recuerdan los atributos de Dios que les puedan consolar.
¡Se habla en la tumba de tu amor, y de tu lealtad en el lugar de la perdición? ¿Se conocen en las tinieblas tus maravillas, o tu justicia en la tierra del olvido? (Sal. 88, 12-13).
Que el Seol no te alaba ni la Muerte te glorifica, ni los que bajan al pozo esperan tu fidelidad (Is. 38, 18).
Aclaración. Que los condenados no recuerden los atributos de Dios, no es una conclusión cierta, es solamente una deducción probable.

b) -En su entendimientos:
-Reconocen su error irreparable de haberse separado de Dios cuando vivían en este mundo. Luego nos equivocamos del camino de la verdad (Sab. 5, 6).
-Comprenden su actitud equivocada de haberse burlado en esta vida de quienes vivieron como buenos hijos de Dios.
«Éste es aquel de quien entonces nos burlábamos, a quien ultrajábamos, insensatos, con nuestros sarcasmos. Locura nos pareció su vida y su muerte un ignominia...» (Sab. 5, 4).
c) -En su voluntad.
-Preferirán dejar de existir a continuar padeciendo eternamente.
¿Por qué no morí cuando salí del seno, o no expiré al salir del vientre? (Job 3, 11).
¿Para qué me sacaste del seno? Habría yo muerto sin que me viera ningún ojo; sería como si no hubiera existido, del vientre se me habría llevado hasta la tumba (Job 10, 18-19).
¡Maldito el día en que nací! ¡el día que me dio a luz mi madre no sea bendito! ¡Maldito aquel que felicitó a mi padre diciendo: «Te ha nacido un hijo varón», y se llenó de alegría! (Jer. 20, 14-15).
-Nunca pueden hacer su propia voluntad, pues carecen de la más mínima libertad.
Entonces el Rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera» (Mt. 22, 13).
-Reflexionan para ver el modo de aliviar su dolor, pero no lo consiguen.
Padre Abraham, ten compasión de mí, y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 24).
pero no lo consiguen: pero Abraham le dijo: «Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. En aquellos días buscarán los hombres la muerte y no la encontrarán; desearán morir y la muerte huirá de ellos (Apoc. 9, 6).
Aclaración. Si las aflicciones de este mundo pueden producir pesar por la existencia, cuanto más los tormentos horribles del infierno. Además, al desear su aniquilación como término de sus penas y su continuidad en la existencia para poder odiar perpetuamente a Dios, viven en un estado de lucha y de sufrimiento sin fin, producido por apetencias diametralmente tan contrarias.

65. Infierno. Los cuerpos de los condenados

-Las cualidades son dos, incorruptibilidad y pasibilidad
-Las penas producen en los cuerpos las taras contrarias a los dotes de los cuerpos gloriosos
-Las cualidades de los cuerpos de los condenados son dos: Incorruptibilidad y pasibilidad.

Incorruptible es lo que no está sujeto a desintegración sustancial y, por consiguiente, su duración no tiene fin.
Pasible es lo que está sujeto a vulnerabilidad y a sensibilidad por el dolor.

a) -Incorruptibilidad.
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).
...más te vale entrar en la Vida manco o cojo que, con las dos manos o los dos pies, ser arrojado en el fuego eterno (Mt. 18, 8).
Más vale que entres con un sólo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga;... (Mc. 9, 48).
b) -Pasibilidad.
E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna (Mt. 25, 46).
Aclaración. Para que el fuego del infierno les atormente sin consumirlos ni desintegrarlos es necesario que sean incorruptibles, y para que puedan sufrir un castigo eterno es necesario que sean pasibles.

-Las penas del infierno producen en los cuerpos de los condenados las taras contrarias a los dotes de los cuerpos gloriosos.
Sólo existen alusiones en la Sagrada Escritura.

a) -Obscuridad opuesta a la claridad.
Son los suyos rostros llameantes (Is. 13, 8).
b) - Pasibilidad opuesto a impasibilidad.
Su gusano no morirá, su fuego no se apagará, y serán asco de toda carne (Is. 66, 24).
Humilla hondamente tu alma, que el castigo de impío es fuego y gusanos (Si. 7, 17).
c) -Pesadez y torpeza opuestas a la agilidad.
...para atar con cadenas a sus reyes, con grillos de hierro a sus magnates (Sal. 149, 8).
d) -materialidad o carnalidad opuesto a sutileza. Se han podrido los granos bajo los terrones; los graneros han sido devastados,... (Joel 1, 17).
66. Infierno. Situación - Características

-Los condenados ven la gloria de los bienaventurados pero solamente hasta el día del Juicio final
-Esta visión no les produce alivio alguno de sus penas
-Ven los placeres de este mundo como transcurridos velozmente
-No pueden desplazarse ni los condenados a la gloria ni los bienaventurados al infierno
-No hay acusación del número de años sino del mal uso hecho de ellos


-La gloria de los bienaventurados que ven en cierta manera los condenados del infierno, dejarán de verla el día del Juicio final.
No hay ningún texto de la Sagrada Escritura que afirme esta verdad, pero se deduce claramente de la separación definitiva y absoluta que Cristo ha de proclamar ante todos los hombres para asignarles sus destinos eternos.
Venid benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo (Mt. 25, 34).
Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41).
-Los condenados del infierno ven de cierta manera la gloria de los bienaventurados, sin que les produzca consuelo ni alivio alguno de sus penas.
Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dio: Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males; ahora pues, él es aquí consolado y tú atormentado (Lc. 16, 23-25).
Aclaración. Toda esta parábola no es histórica, pero sí es profundamente doctrinal.

-Los condenados del infierno ven los goces pecaminosos disfrutados en este mundo como sombras veloces que pasaron sin dejar vestigio.
Todo aquellos pasó como una sombra, como noticia que va corriendo; como nave que rompe el mar agitado, y no es posible descubrir la huella de su paso ni la estela de su quilla en las olas; como pájaro que volando atraviesa el aire, de su vuelo no se encuentra vestigio alguno; moviendo sus remos golpea el aire ligero, lo corta con agudo silbido, se abre camino batiendo las alas y después no se descubre señal de su paso; como flecha disparada al blando; el aire hendido refluye al instante sobre sí y no se sabe el camino que le flecha siguió (Sab. 5, 9-12).
-Los condenados del infierno no pueden desplazarse a la gloria ni los bienaventurados del cielo pueden desplazarse al infierno, ni temporal ni definitivamente.
Pero Abraham le dijo: Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males; ahora pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros (Lc. 16, 25-26).
Aclaración. En esta parábola del rico Epulón está simbolizada la imposibilidad de los bienaventurados y de los condenados de poder cambiar su destino.

-En el infierno no hay acusación del número de años que cada uno vivió, sino del mal uso que se hizo de ellos.
Sólo se encuentran un texto alusivo.
Al padre impío le reprochan sus hijos, porque por causa de él viven en oprobio. ¡Ay de vosotros, impíos, que la ley de Altísimo habéis abandonado! (Si. 41, 7).

67. Infierno. Ambiente

-De tinieblas, sombra, obscuridad y desorden
-De cárcel, encerrados a su pesar
-De hambre


-El ambiente que existe en el infierno es de absolutas tinieblas, sombra, obscuridad y desorden.
...antes que me vaya, para no volver, a la tierra de tinieblas y de sombra, tierra de obscuridad y de desorden, donde la misma claridad es como la calígine (Job 10, 21-22).
Aclaración:
a) -Tinieblas.
Situación de muerte a la vida de Dios, a causa del pecado, diametralmente opuesta a la situación de vida de gracia por el amor a Dios.
«...Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz...» (1 Petr. 2, 9).
b) -Sombra.
Es una situación de vacío en el que el condenado suspira por un bien que desea y que sabe que nunca llega, en medio del infortunio que sabe que nuca pasa.
Situación parecida a la de Job cuando exclamaba: «Perezca el día en que nací, y la noche que dijo: «Un varón ha sido concebido» (Job 3, 3).
c) -Obscuridad.
Carencia de la luz de Cristo que es la luz verdadera (Jn. 1, 9).
...la luz de la justicia no nos alumbró, no salió el sol para nosotros (Sab. 5, 6).
Esperábamos la luz y hubo tinieblas, la claridad, y anduvimos en obscuridad (Is. 59, 9).
d) -Desorden.
Carencia de la Ley de Cristo que es el amor. pensamientos y sentimientos de odio contra Dios y recíprocamente de unos contra otros.
Has de saber, pues, que Yahvéh da su merecido en su propia persona a quien le odia. Esperábamos paz y ni hubo bien alguno (Jer. 8, 5).
Aclaración. Dios no odia ni al pecador ni al condenado.
¿Acaso me complazco yo en la muerte del malvado -oráculo del Señor Yahvéh- y no más bien en que se convierta de su conducta y viva? (Ez. 18, 23).
(En Dios todos sus pensamientos, deseos y acciones pertenecen a un momento eterno)
Dios sí odia el pecado:

-el falso juramento:
...mal unos contra otros no meditéis en vuestro corazón, y juramento falso no améis, porque todas estas cosas las odio yo, oráculo de Yahvéh (Zac. 8, 17).
-el repudio:
Pues yo odio el repudio, Dios Yahvéh Dios de Israel (Mal. 2, 16).
-la rapiña:
Pues yo, Yahvéh, amo el derecho y aborrezco la rapiña y el crimen (Is. 61, 8).
-la hipocresía cultual:
Yo detesto, desprecio vuestras fiestas y no gusto el olor de vuestras reuniones (Am. 5, 21).
(Se refiere a quienes cumplen ciertos ritos del culto, y desprecian los preceptos más elementales del amor y de la justicia).
-La idolatría de los cananeos:
Porque todo lo que es abominación para Yahvéh, lo que detesta, lo han hecho ellos en honor de sus dioses; llegan incluso a quemar al fuego a sus hijos e hijas en honor de sus dioses (Deut. 12, 31).
Aclaración. Hay expresiones en la Sagrada Escritura en las que se afirma que Dios odia al pecador, pero esto es sólo una forma de expresión. A esta palabra ODIAR, hay que limpiarla de todo rencor, de toda voluntad de perjudicar. Hay que tener en cuenta que el pecador forma, en cierta manera, cuerpo con su pecado, y de aquí este modo de expresión.
Dios odia al violento, Yahvéh explora al justo y al impío: su alma odia a quien ama la violencia (Sal. 11, 5).
al idólatra, Dios de verdad, tú detestas a los que veneran vano ídolos (Sal. 31, 7).
al hipócrita.
muchas cosas detesto, mas nada como a éste, y también el Señor lo detesta (Si. 27, 24).
a los malhechores,
Detestas a todos los agentes del mal, pierdes a los mentirosos: al hombre sanguinario y fraudulento le abomina Yahvéh (Sal. 5, 6-7).
a Esaú,
Sin embargo yo amé a Jacob y a Esaú le aborrecí (Mal. 1, 2-3).
Conclusión. Dios odia al pecado, pero jamás al pecador.
Diles: «Por mi vida, oráculo del Señor Yahvéh, que yo no me complazco en la muerte del malvado, sino que el malvado cambie de conducta y viva (Ez. 33, 11).
-El infierno es a modo de cárcel, en que los condenados son encerrados a su pesar.
Pues si Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro,... (2 Pe. 2, 4).
...y además que a los ángeles, que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas... (Jud. 6).
Dominó a la Serpiente, la Serpiente antigua -que es el Diablo y Satanás- y la encadenó por mil años (Apoc. 20, 2).
-Los condenados del infierno padecen las penas del hambre.
¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos, porque tendréis hambre! (Mc. 6, 25).
Aclaración. Es un profecía de Jesucristo.

68. Infierno. Quienes se condenan

-No hay certeza de la condenación de nadie
-Un número indeterminado
-Los impíos que mueren obstinados en sus pecados
-Los que quebrantan la Ley de Dios
-Los pecadores empedernidos que mueren obstinados
-Los que no creen en Cristo y permanecen en la impenitencia de su corazón en el momento de la muerte
-Los que viven fuera de la Iglesia conscientes y obstinados en su error
-Los que rechazan a Cristo y su doctrina
-Los Reyes u otros altos cargos que no gobiernan justamente
-Los agentes de la iniquidad
-Los ricos que hacen mal caso de sus riquezas
-Los seguidores del Anticristo


-No hay certeza de la condenación de nadie.
Cristo dijo de Judas:
Mas le valiera a ese hombre no haber nacido (Mt. 26, 24).
Cristo dijo en su oración sacerdotal:
He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura (Jn. 17, 12).
Cristo dijo durante el lavatorio de los pies:
Y vosotros estáis limpios, aunque no todos (Jn. 13, 10).
De estas expresiones de la Sagrada Escritura no se puede afirmar la condenación de Judas porque:
-Cristo pudo haberse referido a la desgracia de la vida presente,
-La Iglesia no ha declarado jamás la condenación de nadie,
-No se puede afirmar el resultado de lo que puede ocurrir entre el alma del que muere en circunstancias muy inquietantes y Dios que le ha de juzgar siempre llevado de su misericordia. Además, Dios tiene deseos de salvar a todos sus hijos para lo cual cuenta con los méritos infinitos de la Redención, obtenidos nada más que para aplicarlos a sus hijos necesitados de los mismos.
-Un número indeterminado de hombres padecerán para siempre las penas eternas del infierno.

...Jesús dijo a los que le seguían: «...los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt. 8, 12).
Jesús respondió: «...El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto el rechinar de dientes...» (Mt. 13, 41).
Él respondió: «...Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 50).
Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas diciendo: «...Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt. 22, 13).
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles...» (Mt. 25, 41).
-Los hombres impíos que mueren voluntaria y libremente obstinados en sus pecados, serán objeto de la ira de Dios y se presentarán ante el juicio final acobardados, consternados, sobrecogidos de espanto y será arrojados a las tinieblas eternas.

a) -Serán objeto de la ira de Dios.
...tu ira ardiente devorará a tus adversarios (Is. 26, 11).
b) -Se presentarán ante el juicio acobardados.
Irán acobardados a dar cuenta de sus pecados, y sus iniquidades se levantarán contra ellos para acusarles (Sab. 4, 20).
c) -Al ver a los justos, quedarán consternados, sobrecogidos, estupefactos.
Al verle, quedarán consternados, sobrecogidos de espanto, estupefactos por lo inesperado de su salvación (de los justos) (Sab. 5, 2).
d) -Serán arrojados a las tinieblas eternas.
...mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 8, 12).
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 41-42). Muchos seguirán su libertinaje y, por causa de ellos, el Camino de la verdad será difamado. Traficarán con vosotros por codicia, con palabras artificiosas; desde hace tiempo su condenación no está ociosa, ni su perdición dormida (2 Pe. 2, 2-3).
Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único y Señor nuestro Jesucristo (Jud. 4).
Aclaración. «su condenación no está ociosa» designa la sentencia pronunciada ya contra los falsos doctores.

-Los que quebrantan voluntaria y libremente cualquier precepto de la Ley de Dios en materia grave, padecerán las penas eternas del infierno, a no ser que hayan sido justificados antes de su muerte.
No se trata de los que alguna vez pecan por debilidad, a pesar de que luchan por no ofender a Dios, sino de los que, a ciencia y conciencia, permanecen en actitud de desprecio de su divina Ley.
Si, los que se alejan de ti perecerán, tú aniquilas a todos los que te son adúlteros (Sal. 73, 27).
No os busquéis la muerte con los extravíos de vuestra vida, no os atraigáis la ruina con las obras de vuestras manos;... (Sab. 1, 13).
Ellos mismos eligieron sus propios caminos y en sus monstruos abominables halló su alma complacencia. También yo elegiré el vejarlos y sus temores traeré sobre ellos, por cuanto que llamé y no escucharon, sino que hicieron lo que me parece mal y lo que no me gusta eligieron (Is. 66, 3-4).
El que peque es quien morirá (Ez. 18, 4).
Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a su mente réproba, para que hicieran lo que no conviene: llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados, los cuales, aunque conocedores del veredicto de Dios que declara dignos de muerte a los que tales cosas practican, no solamente las practican, sino que aprueban a los que las cometen (Rom. 28-32).
¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, n los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios. Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios (1 Cor. 6, 9-11).
Os digo esto, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el Reino de los cielos; ni la corrupción hereda la incorrupción (1 Cor. 15, 50).
Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios (Gál. 5, 19-21).
Porque tened entendido que ningún fornicario o impuro o codicioso -que es ser idólatra- participará en la herencia del Reino de Cristo y de Dios (Ef. 5, 5).
...cuando el Señor Jesús se revele desde el cielo con sus poderosos ángeles, en medio de una llama de fuego, y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen al Evangelio de nuestro Señor Jesús. Éstos sufrirán la pena de una ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder (2 Tes. 1, 7-9).
Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda (Apoc. 21, 8).
¡Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras y todo el que ame y practique la mentira! (Apoc. 22, 15).
Aclaración. Mayor demostración aún de que los pecadores arrepentidos y perdonados no padecerán las penas del infierno.

a) -La Magdalena:
Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque muestra mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra. Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados.» Los comensales empezaron a decirse para sí: ¿Quién es éste que hasta perdona los pecados? Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz» (Luc. 7, 47).
b) -Los publicanos y las rameras.
Díceles Jesús: «En verdad os digo, los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios. Porque vio Juan antes que vosotros caminando en justicia y no creisteis en él, mientras que los publicanos y las rameras creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo os arrepentisteis después para creer en él (Mt. 21, 31-32).
c) -El buen ladrón:
Uno de los malhechores colgado le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? ¡Pues sálvate a ti y a nosotros!» Pero el otro le reprendió diciendo: «¿Es que no temes a Dios tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestro hechos; en cambio éste nada malo ha hecho.» Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino.» Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc. 23, 39-43).
-Los pecadores inveterados y empedernidos en la vida presente que mueren obstinados en el mal van al infierno.
...el Señor...usa de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sin que todos lleguen a la conversión (2 Pe. 3, 9).
Aclaración. La voluntad salvífica de Dios supone la concesión de las gracias suficientes para la conversión que, en último término, depende de la voluntad libre del pecador.

-Los que no creen en Cristo, practican la iniquidad, son rebeldes e indóciles a la verdad y permanecen en la dureza e impenitencia de corazón padecerán las penas eternas del infierno.
Y la condenación está en que vino la luz del mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz,... (Jn. 3, 19-20).
...Dios, el cual dará a cada cual según sus obras: a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; mas a los rebeldes, indóciles a la verdad y dóciles a la injusticia: cólera e indignación (Rom. 2, 6-8).
Por la dureza e impenitencia de tu corazón vas atesorando contra ti cólera para el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios (Rom. 2, 5).
...para que sean condenados todos cuantos no creyeron en la verdad y prefirieron la iniquidad (2 Tes. 2, 12).

-Y los que permanecen fuera de la Iglesia advertida y libremente, serán condenados para siempre.
Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará (Mc. 16, 15-16).
Aclaración. Al mandato de Cristo de predicar corresponde la obligación de los hombres de creer. Está mandado por derecho divino positivo que todos pertenezcan a la Iglesia, pero carecen de culpabilidad aquéllos que no creen por ignorancia invencible.

-Los que rechazan a Jesucristo y a su doctrina sufrirán las penas eternas del infierno.
Jesús añadió: «...Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que yo soy, moriréis en vuestro pecados» (Jn. 8, 24).
Jesús gritó: «...El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le condene: La Palabra que yo he hablado, ésa le condenara el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna...» (Jn. 12, 48-50).
Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden (Jn. 15, 6).
-Los reyes u otros altos cargos que no gobiernan justamente serán atormentado más especialmente en el infierno.
Si, como ministros que sois de su reino, no habéis gobernado rectamente, ni guardado la Ley, ni caminado siguiendo la voluntad de Dios, terrible y repentino caerá sobre vosotros. Porque un juicio implacable espera a los que mandan; al pequeño, por piedad se le perdona, pero los poderosos serán poderosamente castigados (Sab. 6, 4-6).
-Los agentes de la iniquidad padecerán las penas eternas del infierno.
Apartaos de mí todos los malvados, pues Yahvéh ha oído la voz de mis sollozos (Sal. 6,9).
Y entonces les declararé: «¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de la iniquidad! (Mt. 7, 23).
Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: «¡Señor, señor, ábrenos!» Pero él les respondió: «En verdad os digo que no os conozco» (Mt. 25, 12).
Uno de dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan? Él les dijo: «Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán (Lc. 13, 23-24).
...y os volverá a decir: «no sé de dónde sois. ¡Apartaos de mí, todos los agentes de iniquidad!» (Lc. 13, 27).
Porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena (Lc. 14, 24).
¡Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras, y todo el que ame practique la mentira! (Apoc. 22, 15).
-Los ricos que hacen mal uso de sus riquezas y los poderosos que abusan de su poder viven con grande riesgo de condenarse para siempre.
¿Dónde están los príncipes de las naciones, y los que dominan las bestias de la tierra, y los que juegan con las aves del cielo, los que atesoran la plata y el oro en que confían los hombres, y cuyo afán de adquirir no tiene fin; los que labran la plata con cuidado, mas no dejan traza de sus obras?
Desaparecieron, bajaron al seol, y otros surgieron en su lugar. Otros más jóvenes que ellos vieron la luz y vivieron en la tierra; pero el camino de la ciencia no lo conocieron, ni comprendieron sus senderos (Bar. 3, 16-21).
Los que quieren enriquecerse caen en la tentación, en el lazo y en muchas codicias insensatas y perniciosas que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero y algunos, por dejarles llevar de él se extravían en la fe y se atormentaron con muchos dolores (1 Tim. 6, 9-10).
Ahora bien, vosotros ricos, llorad y dad alaridos por las desgracias que están para caer sobre vosotros. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos están apolillados; vuestro oro y vuestra plata están tomados de herrumbre y su herrumbre será testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como (Sant. 5, 1-3).
Mirad; el salario que no habéis pagado a los obreros que segaron vuestros campos está gritando; y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los Ejércitos. Habéis vivido en la tierra galanamente y os habéis entregado a los placeres; habéis hartado vuestro corazones en el día de la matanza. Condenasteis y matasteis el justo; él no os resiste (Sant. 5, 4-6).
-Los seguidores del Anticristo serán condenados para siempre.
La venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos, y todo tipo de maldades que seducirán a los que se ha de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado (2 Ts. 2, 9-10).
Por eso Dios les envía un poder seductor que les hace creer en la mentira, para que sean condenados todos cuantos no creyeron en la verdad y prefirieron la iniquidad (2 Ts. 2, 11-12).
Aclaración. «Verdad» y «mentira» tienen aquí un valor religioso que abarca la vida y las obras.
Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad (1 Jn. 3, 18).
69. Infierno. Caminos

-La transgresión de un sólo mandamiento
-El alejamiento de Dios
-El adulterio
-La respuesta negativa del hombre al ofrecimiento divino de Salvación
-El rechazo de los medios que Dios pone a disposición del hombre para que pueda salvarse


-La transgresión de un sólo mandamiento merece el castigo de todas las penas del infierno en su especie.
porque quien observa toda la Ley, pero falta en un sólo precepto, se hace reo de todos (Santo. 2, 10).
-El alejamiento de Dios, que es el principio del pecado de la soberbia, merece las penas de la condenación eterna.
Soberbia es el apetito de la propia excelencia.
Después serán cadáveres despreciables, objeto de ultraje entre los muertos para siempre. Porque el Señor les precipitará de cabeza, sin habla, les sacudirá de sus cimientos; quedarán totalmente asolados, sumidos en el dolor, y su recuerdo se perderá (Sab. 4, 19-20).
El comienzo del orgullo del hombre es alejarse del Señor
Que el comienzo del orgullo es el pecado, el que se agarra a él vierte abominación.
Por eso les dio el Señor asombrosos castigos, y les abatió hasta aniquilarlos (Si. 10, 12-13)
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Aclaración. Este lugar del libro de la Sabiduría 4, 19 está inspirado en:
¡Cómo ha acabado el tirano, cómo ha cesado su arrogancia! Ha quebrado Yahvéh la vara de los malvados, el bastón de los déspotas,... (Is. 14, 4-5).

-El adulterio es camino que conduce al infierno.
...su casa está inclinada hacia la muerte, hacia las sombras sus tortuosos senderos. Nadie que entre por ella volverá, no alcanzará las sendas de la vida (Prov. 2, 18-19).
Sus pies descienden a la muerte, sus pasos se dirigen al seol (Prov. 5, 5).
...no se desvíe tu corazón hacia sus caminos, no te descarríes por sus senderos, porque a muchos ha hecho caer muertos, robustos eran todos los que ella mató. su morada es camino del seol, que baja hacia las cámaras de la muerte (Prov. 7, 25-27).
Aclaración. «su casa», «sus pasos», «sus caminos», «su morada», se refieren a los de la mujer adúltera.

-La respuesta negativa de la voluntad libre del hombre al ofrecimiento divino de salvación ocasiona consecuencias tremendas e irreparables.
¡Es tremendo caer en las manos de Dios vivo! (Hebr. 10, 31).
Aclaración. Caer en las manos de Dios vivo se experimentar las penas del infierno como consecuencia de una respuesta negativa de la voluntad libre del hombre al ofrecimiento divino de salvación.

-Los condenados del infierno están allí por haber rechazado los medios que Dios ha puesto amorosamente a su disposición para que puedan salvarse.
Convertíos por mis reprensiones: voy a derramar mi espíritu para vosotros, os voy a comunicar mis palabras. Ya que os he llamado y no habéis querido,ha tendido mi mano y nadie ha prestado atención, habéis despreciado todos mis consejos, no habéis hecho caso de mis reprensiones (Prov. 1, 23-25).

70. Infierno. Condenación de los malvados

-Fue profetizada en el A. y en el N. Testamento
-Hay certeza de la condenación de muchos
-Existen condenados para siempre en el Infierno
-Es cierta la condenación de masas de hombres en pueblos corrompidos


-La condenación de los malvados está profetizada en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.

a) -En el antiguo.
Apartaos de mí todos los malvados, pues Yahvéh ha oído la voz de mis sollozos (Sal. 6, 9).
¡Apartaos de mí, malvados, quiero guardar los mandamientos de mi Dios! (Sal. 119, 115)
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b) -En el nuevo.
Y entonces les declararé: «¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!» (Mt. 7, 23).
...y os volverá a decir: «No sé de dónde sois. ¡Apartaos de mí, todos los agentes de iniquidad!» (Lc. 13, 26-27).
-Hay certeza de la condenación de muchos, pero no podemos precisar número ni absoluto ni relativo.
Y en saliendo, verán los cadáveres de aquellas que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará y serán el asco de toda carne (Is. 66, 24).
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).
Aclaración. Ni en éstas ni en otras expresiones de la Sagrada Escritura se precisa el número de los condenados.
En el juicio final, Cristo dirá a los colocados a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo (Mt. 25, 34).
Igualmente dirá a los colocados a su izquierda: Apartaos de mí, malditos al fuego eterno (Mt. 25, 41).
Además, en el Juicio final, serán congregadas delante de él, todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda (Mt. 25, 32).
Igualmente, tampoco en estas expresiones del Nuevo Testamento se indica el número ni de los que se salvan ni de los que se condenan.

-Existen los réprobos o condenados para siempre en el infierno.
Tu mano alcanzará a todos tus enemigos, tu diestra llegará a los que te odian; harás de ellos como un horno de fuego, el día de tu rostro; Yahvéh los tragará en su cólera, y el fuego los devorará;... (Sal. 21, 9-10).
Como ovejas son llevadas al seol, los pastores la Muerte,... (Sal. 49, 15).
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino a todos los escándalos y a los agentes de la iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego;... (Mt. 13, 41-42).

 Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles...» (Mt. 25, 41).

...porque el Señor sabe librar de las pruebas a los piadosos y guardar a los impíos para castigarles en el día del Juicio, sobre todo a los que andan tras la carne con apetencias impuras y desprecian el Señorío (2 Pe. 2, 9-10).
...y el que no se halló escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego (Apoc. 20, 15).
-Es cierta la condenación de masas de hombres en pueblos corrompidos.
Moisés convocó a todo Israel y les dijo: «...Por eso se ha encendido la ira de Yahvéh contra este país (Egipto) y ha traído sobre él toda la maldición escrita en este libro. Yahvéh los ha arrancado de su suelo con cólera, furor y gran indignación, y los ha arrojado a otro país donde hoy están (Deut. 29, 26-27).
Ella, -la sabiduría- en el exterminio de los impíos, salvó al justo cuando escapaba del fuego que se abatía sobre las Cinco Ciudades. Como testimonio de aquella maldad subsiste todavía una tierra desolada, humeante,... (Sab. 10, 7-8).
De no habernos dejado Yahvéh Sebaot un residuo minúsculo, como Sodoma seríamos, a Gomorra nos pareceríamos (Is. 1, 9).
Babilonia, la flor de los reinos, prez y orgullo de Caldea, será semejante a Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios (Is. 13, 19).
Cual la catástrofe de Sodoma y Gomorra y su vecinas -dice Yahvéh- donde no vive nadie, ni reside en ellas ser humano (Jer. 49, 18).
Como en la catástrofe causada por Dios a Sodoma, Gomorra y sus vecinas -oráculo de Yahvéh- donde no vive nadie, ni reside en ellas ser humano (Jer. 50, 40).
Les haré bajar -a los habitantes de Babilonia- como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos (Jer. 51, 40).
Os he derribado -habitantes de Israel- como cuando Dios derribó a Sodoma y a Gomorra, habéis quedado como un tizón sacado de un incendio; ¡y no habéis vuelto a mí? oráculo de Yahvéh (Am. 4, 11).
Lo mismo sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; pero el día que salió Lot de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos (Lc. 17, 28-29).
...el Señor, habiendo librado al pueblo de la tierra de Egipto, destruyó después a los que no creyeron;...Y los mismo Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, que como ellos fornicaron y se fueron tras un uso innatural de la carne, padeciendo la pena de un fuego eterno,... (Jud. 5, y 7).
...son -los falsos doctores- nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de otoño sin frutos, dos veces muertos, arrancados de raíz; son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre (Jud. 12, 13).