Escatología-Purgatorio

  • -Existencia
  • -La pena de daño es el aplazamiento de la visión beatífica
  • -La pena de sentido es la purificación de las almas con penas purificadoras
  • -Existe el purgatorio en el cual son purificadas las almas de los justos.
-El valeroso Judas recomendó a la multitud que se mantuvieran limpios de pecado, a la vista de lo sucedido por el pecado de los que habían sucumbido. Después de haber reunido entre sus hombres cerca de dos mil dracmas, las mandó a Jerusalén para ofrecer un sacrificio por el pecado obrando muy hermosa y noblemente, con el pensamiento puesto en la resurrección. Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; mas si consideraba que una magnífica recompensa está reservada a los que se duermen piadosamente, era un pensamiento santo y piadoso. Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado (2 Mach. 12, 42-46).
-Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro (Mt. 12, 32).
Aclaración. Jesucristo deja entender claramente que hay otra clase de pecados que se perdonan, al menos, en la otra vida.
Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos (Lc. 12, 47-48).
Aclaración. «Muchos azotes» y «pocos azotes» son alusiones muy claras a las penas eternas del infierno y a las purificaciones temporales del purgatorio.
¡Mire cada cual cómo construye! Pues nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, Jesucristo. Y si uno construye sobre este cimiento con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, la obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día, que ha de manifestarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la probaré el fuego. Si la obra de uno construida sobre el cimiento, resiste, recibirá la recompensa. Mas aquel cuya obra quede abrasada sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego (1 Cor. 3, 10-15).
Aclaración. Estas penas escatológicas no parecen las propias de la condenación eterna, sino las penas temporales del purgatorio.
Que el Señor conceda misericordia a la familia de Onesíforo, pues me alivió muchas veces y no se avergonzó de mis cadenas, sino que, en cuanto llegó a Roma, me buscó solícitamente y me encontró. Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día (2 Tim. 1, 16-18).
Aclaración. La oración hecha al Señor en favor de Onesíforo, significa el sufragio de los vivos por los muertos.

Efectivamente, Onesíforo había muerto cuando Pablo escribió esta carta según se deduce de:

«Saluda a Prisca y Aquila y a la familia de Onesíforo» (2 Tim. 4, 10).

-La pena de daño del purgatorio consiste en el aplazamiento de la visión beatífica.
La Iglesia no ha definido nada claramente, pero este aplazamiento se deduce del futuro de los verbos o del sentido de los siguientes textos:
Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado (2 Mach. 12, 46).
...pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro (Mt. 12, 32).
Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día (2 Tim. 1, 18)
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-La pena de sentido de purgatorio consiste en la purificación de las almas con penas purificadoras.
Si la obra de uno, construida sobre el cimiento, resiste, recibirá la recompensa. Mas aquel cuya obra quede abrasada sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego (1 Cor. 3, 14-15).
Aclaración. En la Sagrada Escritura no hay más que este texto alusivo al fuego del purgatorio, y su interpretación no es absolutamente cierta.

12. Purgatorio. Fuego
  • -El fuego simboliza ya en el A. T. la intervención soberana de Dios para purificar las conciencias
  • -Existe el fuego purificador
  • -El hombre, en el estado de viador, puede evitar las purificaciones de ultratumba o disminuir su intensidad y su duración
  • -El fuego simboliza ya en el Antiguo Testamento la intervención soberana de Dios para purificar las conciencias.
-Por eso -oráculo del Señor Yahvéh Sebaot, el Fuerte de Israel-: «Voy a volver mi mano contra ti y purificaré al crisol tu escoria, hasta quitar toda tu ganga (Is. 1, 24-25).
-Mira que te he purificado al fuego como plata, te he probado en el crisol de la desgracia (Is. 48, 10).
-Yo meteré en el fuego este tercio: Los purgaré como se purga la plata y los probaré como se prueba el oro (Zac. 13, 9).
-¿Quién podría soportar el Día de su venida? ¿Quién se tendrá en pie cuando aparezca? Porque es él como fuego de fundidor y como lejía de lavandero. Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata y serán para Yahvéh los que presentan la oblación en justicia (Mal. 3, 2-3).
-El fuego purificador existe.
Hay alusiones muy claras en la Sagrada Escritura.
-...me pruebas al crisol... (Sal. 17, 3).
-Escrútame, Yahvéh, ponme a prueba, pasa al crisol mi conciencia y mi corazón;... (Sal. 26, 2),
-Delante de él avanza fuego y a sus adversarios en derredor abrasa;... (Sal. 97, 3).
-Aunque, a juicio de los hombres, hayan sufrido castigos, su esperanza está llena de inmortalidad; por una corta corrección recibirán larga recompensa, pues Dios les sometió a prueba y les halló dignos de sí; les probó como oro en el crisol y como holocausto les aceptó. El día de su visita se inflamarán, se propagarán como chispas en rastrojo (Sab. 3, 4-7).
-Porque en el fuego se purifica el oro, y los adeptos de Dios en el horno de la humillación (Si. 2, 5).
...La obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día, que ha de manifestarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la probará el fuego. Si la obra de uno, construida sobre el cimiento, resiste, recibirá la recompensa. Mas aquel cuya obra quede abrasada sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego (1 Cor. 3, 13-15).
Aclaración. El fuego no es metafórico, sino real. Es sentencia de los Santos Padres, de toda la Iglesia Latina y de San Alfonso.

-El hombre en estado de viador puede evitar las purificaciones penosas de ultratumba o disminuir su intensidad y su duración.

a) -Practicando la caridad.
-Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá a vosotros (Mt. 7, 2).
-Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia (Mt. 5, 7).
b) -Dando limosna a los pobres.
-La limosna perdona los pecados (Si. 3, 30).
c) -Perdonando las injurias.
-Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; (Mt. 6, 14).

13. Purgatorio. Fin - Situación
  • -El fin es purificar las almas
  • -Viven con la esperanza de ver a Dios y de ser saciadas de su posesión
  • -Destinado a gozar de Dios, después de ser purificadas y antes del juicio universal
  • -El fin del purgatorio es purificar las almas de las manchas o reliquias de los pecados y pagar la deuda contraída con Dios de los mismos, para entrar así limpios en el Reino de los Cielos.
Se encuentran alusiones muy claras en los textos sagrados.
-Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza (Zac. 13, 1).
-Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta hacer pagado el último céntimo (Mt. 5, 26).
-Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo (Lc. 12, 59).
-Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego (1 Cor. 3, 15).
-Las almas del purgatorio viven con la esperanza de ver a Dios y de ser saciadas plenamente con la posesión del ser divino.

No hay en la Sagrada Escritura textos que demuestren esta verdad, pero se le pueden aplicar los siguientes que son alusivos al hambre y sed de Dios.
-Tiene mi alma sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo podré ir a ver la faz de Dios? (Sal. 42, 3).
-Dios, tú mi Dios, yo te busco, sed de ti tiene mi alma, en pos de ti languidece mi carne, cual tierra seca, agotada, sin agua (Sal. 63, 2).
-...yo mandaré hambre a la tierra, mas no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Yahvéh (Am. 8, 11).
-Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,... (Mt. 5, 6).
-Si alguno tiene sed, venga a mí,... (Jn. 7, 37).

-Los que mueren en gracia de Dios, después de purificados, gozan de Dios en el cielo antes del juicio final.
Luego oí una voz que decía desde el cielo: «Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Señor. Desde ahora, sí, -dice el Espíritu- que descansen de sus fatigas, porque sus obras les acompañan» (Apoc. 14, 13).

14. Purgatorio. Duración

-Nada se puede asegurar acerca de la duración de la permanencia de cada alma, sin embargo, los que mueren con profundo arrepentimiento de la vida pasada y aceptando los dolores intensos del martirio, es muy probable que no pasen por el purgatorio
-Las almas de los justos purgadas totalmente en esta vida, gozan de la visión de Dios inmediatamente después de la muerte
-Las penas no durarán para nadie después del juicio final
-Nada se puede asegurar acerca de la duración de la permanencia de las almas en el purgatorio, sin embargo es muy probable que los que mueren con un profundo arrepentimiento de la vida pasada y con intensos dolores que producen el martirio, no pasen por el purgatorio.


Y decía: «
Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc. 23, 42-43)
En el purgatorio no hay un tiempo continuo formado por la sucesión de instantes, sino un tiempo discontinuo que mide la sucesiones de pensamientos y de sentimientos.

Este tiempo discontinuo se compone de instantes espirituales sucesivos, cada uno de los cuales puede corresponder a diez, veinte, sesenta horas de nuestro tiempo solar. Algo así como una persona puede permanecer en éxtasis muchas hroas, pero absorbida por un sólo pensamiento.

Un alma más atormentada puede creer que está en el purgatorio más tiempo que otra que está menos atormentada, cuando en realidad, ésta está más, hasta el punto que la apreciación de la duración es una cosa puramente objetiva.

-Las almas de los justos purgadas totalmente durante esta vida, gozan de la visión beatífica inmediatamente después de la muerte.
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino.» Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc. 23, 42-43).
Me siento apremiado por las dos partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual ciertamente, es con mucho lo mejor; mas, por otra parte, quedarme en la carne es más necesario para vosotros (Fil. 1, 23-24).
Aclaración. Las expresiones «estarás conmigo», «estar con Cristo» afirman el gozo de la visión beatífica.

-Los que mueren aceptando la intensos dolores producidos por el martirio y arrepintiéndose profundamente de los pecados de su vida pasada, no padecen las penas del purgatorio.
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino.» Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc. 23, 42-43).
Aclaración. Se puede deducir de este texto, sin temor a errar, que los que mueren con las mismas circunstancias que el buen ladrón, no padecen las penas del purgatorio.

-Las penas del purgatorio no durarán para nadie después del día del juicio final.
-Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).
-E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna (Mt. 25, 46).
-No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación (Jn. 5, 28-29).
Aclaración. De estos textos que expresan un sentido terminante y definitivo, se deduce claramente que después del juicio final no sobreexistirán estado ni lugares intermedios.

15. Purgatorio. Sufragios
  • -Los bienaventurados del cielo ofrecen sus preces a Dios para que les libre de sus penas
  • -Las penas que sufren las almas del purgatorio pueden ser aliviadas y abreviadas por los sufragios de los vivos
  • -Los cristianos deben ofrecer a Dios sacrificios y oraciones para librar a los difuntos de sus pecados
  • -Perdonar las injurias al prójimo es una gran valor para que Dios conceda el perdón y la liberación de las penas
  • -La limosna alivia a las almas del purgatorio
  • -Los sufragios aprovechan más a quienes realizaron más obras de caridad en este mundo
  • -Las almas del purgatorio ruegan a Dios por los que viven en este mundo
  • -Los bienaventurados del cielo ofrecen sus preces a Dios para que libre a las almas del purgatorio de sus penas.
Así se deduce del siguiente texto:
Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo (1 Cor. 12, 26).
Aclaración. La caridad mutua exige que los miembros del Cuerpo Místico se a unan todos con todos en el amor.

-Las penas que sufren las almas de los fieles difuntos detenidas en el purgatorio, pueden ser aliviadas y abreviadas por los sufragios de los vivos.
  • -Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarán, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; mas si se consideraba que una magnífica recompensa está reservada a los que duermen piadosamente, era un pensamiento santo y piadoso. Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado (2 Mac. 44-46).
  • -Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo (1 Cor. 12, 26).
  • -Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia,... (Col. 1, 24).
-Los fieles cristianos deben de ofrecer sacrificios expiatorios a Dios para librar a los difuntos de sus pecados.
Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado (2 Mach. 12, 42-46).
-Perdonar generosamente las injurias al prójimo es un gran valor para que Dios conceda el perdón a quien le ofende.
-Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas (Mt. 6, 14-15).
-Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas (Mc. 11, 25).
Aclaración. Parece evidente que este perdón de Dios no se reduzca solamente a los límites de esta vida, sino que se extienda también a la otra, si necesario fuere, es decir al purgatorio.

-La limosna tiene un gran valor para aliviar a las almas del purgatorio y para redimir de las propias culpas.
-La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado (Tob. 12, 9).
-Por eso, oh rey, acepta mi consejo: rompe tus pecados con obras de justicia y tus iniquidades con misericordia para con los pobres, para que tu ventura sea larga (Dan. 4, 24).
-Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas será puras para vosotros (Lc. 11, 41).
-Él le miró fijamente (Cornelio al ángel) y lleno de espanto dijo: «¿Qué pasa, Señor?» Le respondió: «Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios...» (Hch. 10, 4).
-Los sufragios por las almas del purgatorio aprovechan más a aquellas que realizaron más obras de caridad en este mundo.
Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia (Mt. 5, 7).
Aclaración. Es sentencia de Sto. Tomás.

-Las almas del purgatorio ofrecen a Dios preces en favor de los que viven en este mundo.

Se deduce del siguiente texto:
Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo (1 Cor. 12, 26).
Aclaración. Las almas del Purgatorio no conocen las cosas de este mundo ni las ven reflejadas en la esencia divina, pero Dios les manifiesta nuestra preces y por la caridad en que están abrasadas, piden a Dios por los hombres.